El conjunto marroquí firmó una noche memorable en Rabat al imponerse por 1-0 ante el Congo-Brazzaville, alcanzando un hito que lo consagra como una de las selecciones más sólidas del panorama internacional. Con esta victoria, los “Leones del Atlas” encadenan dieciséis partidos consecutivos sin conocer la derrota, superando así la marca que España mantenía desde 2013.
Desde los primeros compases del encuentro, Marruecos mostró su intención de dominar. Las combinaciones rápidas, lideradas por un inspirado Brahim Díaz y un incansable Achraf Hakimi, pusieron en aprietos a la zaga congoleña. Ismaïl Saibari tuvo la primera oportunidad clara, pero su disparo se marchó alto. La presión constante del conjunto de Walid Regragui mantenía al rival encerrado, aunque el gol se resistía pese a las numerosas aproximaciones.
La segunda mitad siguió el mismo guion: control absoluto marroquí y un Congo replegado. El desequilibrio llegó en el minuto 63 gracias a una jugada de manual. Hakimi, incansable por la banda derecha, sirvió un centro raso al corazón del área para Youssef En-Nesyri, quien no perdonó y empujó el balón al fondo de la red. El tanto del delantero sevillista desató la euforia en las gradas y selló una actuación colectiva de alto nivel.
Más allá del resultado, este triunfo consolida a la selección marroquínacional como una potencia emergente en el fútbol mundial. La serenidad con la que los marroquíes manejaron los últimos minutos del partido, pese a las duras entradas congoleñas, reflejó la madurez táctica y la solidez mental que caracteriza a esta generación. Romper el récord de invencibilidad europeo no es solo una estadística: es una declaración de intenciones. Marruecos avanza con paso firme, convencido de que su sueño mundialista está más vivo que nunca.
14/10/2025