El discurso del Rey de Marruecos, Mohammed VI, pronunciado en la apertura del último año legislativo de la Cámara de Representantes, subraya la necesidad de un desarrollo territorial equitativo y una justicia social que llegue a todas las regiones del país. Aunque no se refirió directamente al movimiento social iniciado el 27 de septiembre, sus palabras podrían entenderse como una respuesta indirecta a las demandas de los jóvenes, quienes han salido a las calles de varias ciudades solicitando mejoras en salud, educación y empleo, así como la satisfacción de necesidades básicas con la misma prioridad que se da a la infraestructura para eventos internacionales como el Mundial 2030 y la Copa Africana de 2025.
El monarca instó a los parlamentarios, gobiernos locales, ministerios y medios de comunicación a mejorar la comunicación con la ciudadanía, explicando de manera clara los proyectos en curso y cómo estos contribuyen al bienestar de la población. Este llamado busca garantizar que los beneficios del crecimiento y los grandes proyectos no generen desigualdad ni excluyan a las regiones más vulnerables, especialmente las zonas montañosas, oasis y áreas rurales, que representan un desafío clave para la cohesión territorial y social.
En su discurso, el Rey insistió en que el progreso económico y la infraestructura deben complementarse con programas sociales concretos, incluyendo educación, sanidad y oportunidades de empleo para los jóvenes. La creación de centros rurales emergentes, la expansión de servicios y la promoción de iniciativas locales fueron destacadas como herramientas para acercar recursos a la población más alejada, abordando así algunas de las principales demandas que los manifestantes han planteado en las calles: acceso equitativo a servicios y oportunidades.
Si bien el discurso no contempla cambios inmediatos en la estructura del gobierno ni respuestas directas a la generación Z, sí establece un marco de responsabilidad compartida, donde los parlamentarios, el gobierno, los medios y la sociedad civil deben trabajar en conjunto para garantizar que los proyectos actuales sean implementados de manera eficiente, considerando la opinión ciudadana y priorizando la justicia social y espacial.
El contraste entre las expectativas de los jóvenes y el contenido del discurso fue evidente en redes sociales, donde muchos expresaron su desazón por la ausencia de medidas inmediatas. Sin embargo, el mensaje real apunta a un enfoque estratégico de desarrollo horizontal, donde las grandes obras no compiten con las necesidades básicas de la población, sino que se integran dentro de un plan de crecimiento más inclusivo.
De esta manera, las palabras reales ofrecen una respuesta indirecta a las demandas ciudadanas, centrada en la eficiencia, la equidad y la integración territorial. La implementación de estas orientaciones será clave para determinar si los jóvenes interpretan estas palabras como una señal de esperanza y compromiso con la justicia social, o si insistirán en la exigencia de resultados más inmediatos en educación, salud y empleo.
11/10/2025
María Angélica Carvajal









