La Administración de Aduanas e Impuestos Indirectos (ADII) de Marruecos ha anunciado una ligera modificación en los contingentes arancelarios agrícolas negociados dentro del Acuerdo de Asociación entre Marruecos y la Unión Europea. El único cambio relevante afecta al trigo duro, cuyo derecho de aduana se reduce de 3 % a 2,5 %.
Este ajuste figura en la circular anual publicada por la ADII, que define los contingentes aplicables del 1 de octubre de 2025 al 30 de septiembre de 2026. Se trata de los productos agrícolas y transformados incluidos en la “lista 3” del acuerdo, aquellos cuya liberalización comercial es parcial. Gracias a este mecanismo, los operadores pueden beneficiarse de reducciones arancelarias si respetan los cupos establecidos. Este año, el contingente de trigo duro —fijado en 50.000 toneladas entre el 1 de agosto y el 31 de mayo— se mantiene sin cambios.
El trigo duro sigue siendo un componente esencial en las importaciones cerealistas del Reino. Entre enero y julio de 2025, Marruecos importó 5,85 millones de toneladas de cereales, de las cuales 825.789 toneladas correspondieron a trigo duro, un aumento del 24 % respecto al año anterior. En contraste, las importaciones globales de cereales retrocedieron un 11 %, reflejando las dificultades de suministro y la volatilidad de los mercados internacionales. Esta evolución muestra una demanda interna en alza, impulsada por el consumo de los hogares y las necesidades de la agroindustria.
Tradicionalmente, la Unión Europea —especialmente Francia— ha sido el principal proveedor de trigo duro de Marruecos. Sin embargo, los fenómenos climáticos extremos y la caída de los rendimientos agrícolas en Europa han llevado al país a diversificar sus fuentes. Canadá se ha convertido así en un socio clave, situando a Marruecos como su segundo mayor cliente mundial de trigo duro, con 1,14 millones de toneladas importadas en los once primeros meses de la campaña 2024/2025, según datos de Statistique Canada.
Más allá de este pequeño ajuste, la circular mantiene estables los contingentes y aranceles preferenciales para el resto de productos. Las importaciones de ganado y carne siguen disfrutando de un marco ventajoso: 40.000 terneros pueden importarse con un derecho reducido de 2,5 %, mientras que 4.000 toneladas de carne bovina de alta calidad están exentas de impuestos, destinadas exclusivamente a la restauración y la hostelería. En cambio, las carnes ovinas permanecen sujetas a un derecho preferencial del 200 %, una medida protectora para la producción local.
En el caso de los productos lácteos, los volúmenes siguen siendo los mismos: 1.500 toneladas de leche UHT exentas y 3.200 toneladas de leche en polvo gravadas al 81,4 %, salvo 200 toneladas en sacos grandes que se benefician de un tipo reducido del 30,6 %. Los derechos sobre las harinas de trigo blando y duro varían entre 0 % y 45,3 %. Asimismo, productos transformados como las pastas, el cuscús, las conservas de tomate, los aceites de oliva o los alimentos para animales siguen exentos dentro de sus cupos respectivos.
En última instancia, Marruecos busca mantener un delicado equilibrio entre la protección de su producción nacional y la seguridad de su abastecimiento exterior. En un contexto marcado por la sequía y la inestabilidad de los precios mundiales, este equilibrio resulta crucial para contener la factura alimentaria y proteger el poder adquisitivo de los ciudadanos.
10/10/2025