El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, reapareció en el espacio público concediendo una entrevista exclusiva a RTVE después de más de un año y en pleno inicio de un nuevo curso político. Sus respuestas estuvieron cargadas de mensajes estratégicos: la defensa de su gestión, la denuncia de la politización de ciertos sectores judiciales, la urgencia frente al cambio climático y su posición firme ante los casos de corrupción que han salpicado su gobierno y su partido.
En materia climática, Sánchez situó la crisis medioambiental como uno de los ejes centrales de su mandato. Preguntado por los incendios que este verano arrasaron miles de hectáreas en España, subrayó que “la emergencia climática está superando todas las evidencias científicas conocidas”. El presidente apeló a la necesidad de un compromiso más robusto por parte de todas las administraciones públicas y a combatir, incluso desde un plano pedagógico, los mensajes negacionistas que circulan en redes sociales.
El mandatario también se enfrentó a las acusaciones de corrupción que han afectado a figuras relevantes de su partido e insistió en que nunca tuvo conocimiento de prácticas ilícitas por parte de dirigentes como José Luis Ábalos o Santos Cerdán y aseguró que su Gobierno ha respondido con contundencia. “Cuando ha habido un mínimo atisbo de corrupción, he actuado siendo implacable”, afirmó, una frase que utilizó para desvincularse personalmente de los escándalos y defender la integridad de su liderazgo, su gobierno y su partido.
Otro de los temas más tensos de la entrevista fue el dedicado al ámbito judicial. Sánchez reiteró su respaldo al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, procesado por un presunto delito de revelación de secretos, y denunció que existen “jueces que no cumplen con la ley” y que actúan con motivaciones políticas. En defensa de su hermano y de su esposa, también mencionados en causas judiciales, atribuyó las denuncias a “organizaciones ultraderechistas” y recortes de prensa sin fundamento. Declaraciones que han desatado la desaprobación de algunas asociaciones de jueces y dentro del Partido Popular, desde donde han declarado que «atacar a los jueces» es «dinamitar la democracia».
La agenda social y económica ocupó un espacio relevante en la entrevista. Sánchez planteó la vivienda como el “quinto pilar del Estado del bienestar”, criticó las recetas liberales para abordar el problema y defendió la intervención pública en el mercado. Sobre los presupuestos generales del Estado, reconoció la complejidad de alcanzarlos, pero advirtió que un bloqueo parlamentario sería sinónimo de “parálisis”. En contraste con las exigencias de la oposición, aseguró que su Gobierno mantiene recursos suficientes para cumplir con la agenda social y gestionar los fondos europeos.
En cuanto al plano internacional, el líder español remarcó la necesidad de reforzar la relación con Estados Unidos y subrayó la importancia de la empatía y el respeto al derecho internacional. Y aprovechó también para criticar duramente la postura de Vox sobre la inmigración y los rescates en el Mediterráneo: “No soy católico, pero escucho al Papa. ¿Qué es esto de ir a misa y luego pedir que se hunda el Open Arms?”.
La entrevista concluyó con un llamamiento a rebajar la crispación política. El Presidente denunció la “polarización asimétrica” y pidió desterrar los insultos de la vida pública, reivindicando un mínimo de respeto en el debate parlamentario. De esta manera, su reaparición en una entrevista exclusiva supuso la defensa de su gestión, y un intento de recuperar la iniciativa en un curso político marcado por la presión judicial, los desafíos sociales y el desgaste acumulado de la legislatura. A la vez que ha dejado claro que esas presiones no son suficientes para empujarlo a su salida y que pretende terminar su mandato.
02/09/2025