La vicepresidenta de la Comisión Europea y comisaria de Competencia, Teresa Ribera, califica de «muy malas noticias» los nuevos impuestos del 25% anunciados por EE.UU y advierte que protegerán los intereses de las empresas y consumidores europeos. La CE ha reaccionado con preocupación al anuncio del gobierno de Donald Trump de imponer aranceles del 25% a las importaciones de automóviles europeos a partir del 2 de abril, una medida que Bruselas considera perjudicial para la industria y los consumidores de ambos lados del Atlántico.
Ribera aseguró que Bruselas analizará con «precisión» los detalles de la medida antes de definir una respuesta.
«Necesitamos ver cómo están formulando exactamente lo que quieren hacer y asegurarnos de que responderemos en consecuencia», declaró a su llegada al Consejo de Ministros de Medio Ambiente de la UE, celebrado este jueves en Bruselas.
Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, también expresó su rechazo en la víspera, afirmando que «los aranceles son impuestos: malos para las empresas, peores para los consumidores», tanto en EE.UU. como en Europa. A través de la red social X, Von der Leyen subrayó que la UE «seguirá buscando soluciones negociadas», pero sin descartar medidas para «salvaguardar sus intereses económicos».
Entre tanto en Estados Unidos, la decisión de Trump, bautizada por su administración como el «Día de la Liberación», forma parte de una estrategia más amplia de aranceles recíprocos contra países que impongan barreras comerciales a productos estadounidenses. La medida afectará directamente a Alemania, Francia e Italia, principales exportadores de vehículos a EE.UU.
La UE ya enfrenta aranceles estadounidenses sobre el aluminio y el acero europeos, vigentes desde hace semanas. Ante esta situación, Bruselas ha optado por esperar hasta mediados de abril para decidir su respuesta, con la esperanza de evitar una guerra comercial abierta.
Ante el nuevo anuncio desde Washington, Ribera insistió en que la Comisión «colaborará con el sector automovilístico» para mitigar el impacto de los aranceles y garantizar la competitividad de las empresas europeas. Por su parte, la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) ya ha advertido que los aranceles podrían elevar los precios para los consumidores estadounidenses y ralentizar la transición hacia vehículos más sostenibles.
Aunque la UE prefiere una solución dialogada, no descarta imponer contramedidas si Washington no da marcha atrás. Entre las opciones que maneja Bruselas están aranceles selectivos a productos estadounidenses clave, interponer un recurso ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), y la aceleración de acuerdos comerciales alternativos con otros mercados, como ya lo ha hecho con India y el Mercosur.
Mientras, la industria automotriz europea espera con nerviosismo el 2 de abril, cuando se confirmará si Trump lleva adelante su amenaza o abre la puerta a un acuerdo de último momento.
27/03/2025









