Las fuerzas armadas españolas, las quintas más grandes de la Unión Europea por número de efectivos, enfrentan un desafío significativo en términos de personal y reservas. Según los últimos datos de la OTAN, España cuenta con 117.600 efectivos, lo que representa un promedio de 2,4 militares por cada mil habitantes, por debajo de la media europea de 3,6. Para alcanzar esta media, España necesitaría incrementar sus fuerzas en 57.400 efectivos, llegando a un total de 175.000.
Este déficit se agrava al comparar con países como Polonia, que ha duplicado sus fuerzas armadas en la última década, pasando de 99.000 a 216.100 efectivos, un aumento del 118%. Este crecimiento ha posicionado a Polonia como el ejército más numeroso de Europa, superando a Francia. Otro ejemplo notable es Lituania, que ha duplicado el tamaño de su ejército desde 2014, alcanzando una ratio de 6,4 militares por cada 1.000 habitantes.
Falta de reservas y necesidad de reformas
Según el sitio especializado en informaciones de defensa, Newtral, uno de los principales problemas de las fuerzas armadas españolas es la falta de reservas. Actualmente, España cuenta con 10.722 reservistas, lo que significa 9 reservistas por cada 100 militares en activo. Sin embargo, expertos sugieren que esta cifra debería ser de al menos 12.000 para que su contribución sea significativa. En comparación, Francia tiene 22 reservistas por cada 100 militares en activo, con planes de aumentar esta cifra a 52.000 para 2026.
En este sentido, la falta de una ley específica que regule y promueva una reserva civil en España contrasta con países como Estados Unidos y Francia, que ofrecen incentivos a los reservistas y sus empleadores, incluyendo ventajas en contrataciones laborales, subvenciones y acceso a vivienda. Esta carencia limita la utilidad de la reserva española, que actualmente tiene «una utilidad limitada» y «unas cifras ridículas», según fuentes internas del mando de las fuerzas armadas.
Carrera armamentista y seguridad en Europa
La situación geopolítica actual, marcada por el conflicto en Ucrania y la inestabilidad en Oriente Medio, ha llevado a los países europeos a reevaluar y aumentar sus presupuestos de defensa. Países como Alemania, Estonia y Polonia ya han anunciado planes para mejorar sus infraestructuras militares y críticas, incluyendo la construcción de refugios, almacenes y hangares.
El Consejo Europeo de Relaciones Internacionales, destaca la necesidad de invertir en infraestructuras críticas no militares, como la seguridad energética, redes de telecomunicaciones y transporte, para garantizar la resiliencia del continente. Mientras que la OTAN también ha puesto el foco en la protección de la infraestructura submarina, tras varios sabotajes a cables de energía y comunicaciones en el Báltico.
En este contexto, España enfrenta el reto de modernizar y ampliar sus fuerzas armadas, no solo en términos de personal y reservas, sino también en infraestructuras críticas y colaboración con el sector privado, que actualmente proporciona el 90% del transporte militar y más del 70% de las comunicaciones por satélite utilizadas por el continente europeo con fines de defensa.
18/03/2025









