La volatilidad de Donald Trump en materia comercial ha vuelto a quedar patente. En una jornada marcada por la incertidumbre, el presidente estadounidense amenazó con duplicar los aranceles al acero y aluminio canadienses, para luego retractarse horas después. Este nuevo episodio de la guerra comercial entre ambos países, lejos de aportar claridad, subraya la imprevisibilidad de la administración Trump y la tensión latente en la relación bilateral.
La jornada comenzó con una andanada de Trump en su red social Truth Social. Anunció que los aranceles al acero y aluminio canadienses pasarían del 25% al 50%, medida que entraría en vigor al día siguiente. Además, amenazó con imponer nuevos gravámenes a la industria automotriz canadiense a partir del 2 de abril, afirmando que esto «detendría definitivamente» al sector. Finalmente, reiteró su controvertida propuesta de que Canadá se convierta en el «51º estado» de EEUU, una idea que ha sido ampliamente rechazada por el país vecino.
La respuesta canadiense no se hizo esperar. El futuro primer ministro, Mark Carney, prometió una respuesta contundente que «maximizaría el impacto en Estados Unidos y lo minimizaría en Canadá». Carney reafirmó la postura canadiense de mantener sus propios aranceles hasta que Estados Unidos muestre «respeto» y se comprometa con un «comercio libre y justo». Este nuevo cruce de declaraciones se suma a las tensiones preexistentes entre ambos líderes, con Carney habiendo adoptado una postura firme frente a Trump desde su victoria en las elecciones del Partido Liberal.
Sin embargo, el escenario cambió drásticamente horas después. Trump, en un giro inesperado, admitió que «probablemente» reconsideraría el aumento de aranceles. Su asesor comercial, Peter Navarro, confirmó posteriormente la retractación. La amenaza, por ahora, ha quedado en suspenso.
Este episodio deja varias interrogantes. ¿Qué motivó el repentino cambio de postura de Trump? ¿Se trata de una estrategia negociadora o simplemente de un acto de impulsividad? Lo cierto es que la guerra comercial entre Estados Unidos y Canadá, lejos de resolverse, continúa marcada por la incertidumbre y la volatilidad. La tregua actual puede ser efímera, y la amenaza de nuevos aranceles sigue latente. La relación bilateral, sin duda, atraviesa un momento delicado, y el futuro del comercio entre ambos países permanece en el aire.
12/03/2025