En los primeros diez meses de 2024, Marruecos registró la creación de 78.244 nuevas empresas, de las cuales 56.292 corresponden a personas jurídicas y 21.952 a empresas individuales, según datos de la Oficina Marroquí de la Propriedad Industrial y Commercial (OMPIC). La región de Casablanca-Settat lidera con cerca de 25.000 nuevas entidades, representando un tercio del total, seguida de Tanger-Tetuán-Alhucemas con 11.328 y Rabat-Salé-Kénitra con 9.121.
El sector comercial encabeza las nuevas incorporaciones, representando el 34,73 % del total, seguido de la construcción e inmobiliaria con el 19,36 %. Las actividades de servicios ocupan el tercer lugar con un 18,47 %, mientras que sectores como el transporte, la manufactura y la hostelería alcanzan porcentajes más modestos, entre el 5 % y el 8 %. En términos de estructuras legales, las sociedades de responsabilidad limitada (SARL) predominan con un 64,9 %, seguidas de las sociedades unipersonales (SARLAU), que alcanzan el 34,5 %.
Sin embargo, estos avances se enfrentan a desafíos significativos. Solo el 53 % de las empresas sobreviven más allá de los cinco años de actividad, según un informe conjunto del Banco Mundial y el Observatorio Marroquí de las MPME. Además, el acceso al crédito sigue siendo limitado para las mujeres empresarias, quienes lideran apenas el 15 % de las empresas en el país.
A pesar del dinamismo emprendedor, las perspectivas no son tan alentadoras. Se prevé un aumento del 13 % en las insolvencias empresariales durante 2024, seguido de un 8 % adicional en 2025, según Allianz Trade. En este contexto, Marruecos se enfrenta al reto de consolidar el tejido empresarial y fomentar la resiliencia, especialmente en un ecosistema dominado por pequeñas empresas con menos de una década de existencia y estructuras modestas de empleados.
03/01/2025









