En las últimas 48 horas, más de 27,000 personas han sido desplazadas en Líbano debido a los continuos ataques de Israel, en una escalada de violencia sin precedentes desde la invasión israelí de Beirut en 1982. Los ciudadanos libaneses, sumidos en el miedo, enfrentan la amenaza creciente de una guerra total, mientras la comunidad internacional observa con preocupación, informan corresponsales para RTVE.
Desde la semana pasada, los ataques de Israel contra posiciones de Hizbulá en Líbano se han intensificado, con bombardeos diarios que han transformado la vida cotidiana en un escenario de guerra. El jefe del Ejército israelí ha indicado que estos ataques son solo el preludio de una «posible entrada» por tierra, lo que ha exacerbado el temor entre la población local.
Según Lara Bitar, periodista libanesa y redactora jefe de The Public Source, los hospitales del país están desbordados, recibiendo un flujo constante de heridos. Los médicos trabajan incansablemente, realizando cirugías de emergencia mientras la población lucha contra el insomnio y la ansiedad por el futuro inmediato.
El secretario general de la ONU, António Guterres, ha alertado sobre la insostenible situación en Líbano, comparándola con un «abismo» similar al enfrentado por Gaza. La región se encuentra al borde de una crisis que podría desencadenar consecuencias internacionales significativas.

Mientras tanto, la vida en las zonas menos afectadas por los ataques directos se ha visto también alterada. La incertidumbre y el miedo dominan el ambiente, y muchas personas han optado por huir hacia áreas más seguras, transformando ciudades como Beirut en refugios para miles de desplazados.
El gobierno israelí, bajo la dirección del primer ministro Benjamín Netanyahu, ha reiterado su compromiso de continuar los ataques hasta alcanzar sus objetivos militares. Esta postura ha generado críticas internacionales y llamados a un alto al fuego que, hasta ahora, han sido ignorados por Israel.
El conflicto ha provocado un éxodo masivo, con familias enteras abandonando sus hogares en busca de seguridad. Las imágenes de personas huyendo con lo poco que pueden llevar son un recordatorio sombrío de la severidad del conflicto que, día tras día, deja atrás casas destruidas y vidas marcadas por la violencia.
Los libaneses, tanto en el país como en el extranjero, observan con angustia cómo se desarrollan los eventos, esperando una solución que aún parece lejana. Mientras tanto, el Líbano sigue siendo un escenario de desesperación y miedo, con la comunidad internacional observando y debatiendo posibles respuestas a una crisis que podría alterar aún más la estabilidad de Oriente Medio.
27/9/2024