El 25 de septiembre de 2024, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó nuevas directrices destinadas a mejorar la concepción, ejecución y supervisión de ensayos clínicos a nivel mundial, independientemente del nivel de ingresos de cada país. Estas directrices buscan apoyar el fortalecimiento de los ecosistemas de investigación y desarrollo (I+D) liderados por los países para avanzar en el conocimiento científico en el ámbito de la salud. De esta manera, se espera que las nuevas intervenciones sanitarias seguras y eficaces sean más accesibles y asequibles a nivel global.

La OMS, por primera vez, ofrece recomendaciones a las autoridades sanitarias nacionales, reguladoras y a otros actores clave para facilitar la realización de ensayos clínicos que proporcionen datos concretos sobre intervenciones sanitarias. Estas recomendaciones abordan problemas como el diseño inadecuado de los ensayos, la limitada diversidad de los participantes, la falta de infraestructura adecuada y las barreras burocráticas, que no solo retrasan los procesos sino que también suponen costes adicionales y pérdidas de vidas humanas.
Según las estadísticas de 2022, se observa una disparidad significativa en la realización de ensayos clínicos entre los países de ingresos altos y los de ingresos bajos o medios. Esto ha generado graves desigualdades, donde a menudo, los países con menos recursos se incluyen en los ensayos clínicos debido a la alta carga de morbilidad, pero los beneficios de estos estudios a menudo se aprovechan en países con más recursos sin ofrecer ventajas similares a los países participantes de menores ingresos.
27/9/2024








