Marruecos ha experimentado una notable transformación económica desde la llegada al trono del Rey Mohammed VI en 1999. En tan solo 25 años, el país ha logrado modernizarse y fortalecer su posición internacional, superando diversos desafíos y crisis. Este progreso, reconocido por instituciones como la Carnegie Endowment for International Peace, se refleja en indicadores como el aumento de la esperanza de vida, el doble del ingreso per cápita y una significativa reducción de la pobreza.
La modernización ha sido un eje central del desarrollo marroquí, impulsando reformas en distintos ámbitos. Se han logrado avances importantes en la educación, con un aumento considerable en los años de escolarización, y en el acceso a servicios básicos en zonas rurales, como agua potable y electricidad. Estas mejoras han contribuido a una notable disminución de la pobreza, especialmente en las zonas rurales.

Marruecos ha logrado integrarse en las cadenas de valor globales a través de inversiones estratégicas, como el puerto de Tánger Med, el mayor puerto de contenedores del Mediterráneo. La estrategia industrial se ha orientado hacia la exportación, especialmente en sectores como la automoción y la aeronáutica, lo que ha atraído inversión extranjera y ha aumentado la competitividad de los productos marroquíes a nivel internacional.
Con miras al futuro, Marruecos ha apostado por una transición energética sostenible, con el objetivo de que las energías renovables representen más de la mitad de su capacidad energética para 2030. El país ya ha logrado avances significativos en la generación de energía solar y eólica, aunque aún enfrenta retos en la reducción del consumo de combustibles fósiles. Para ello, se han implementado planes como el Plan Nacional de Gestión del Agua, con inversiones millonarias en desalinizadoras y reutilización de aguas residuales.
En el ámbito internacional, Marruecos ha diversificado sus relaciones más allá de sus socios tradicionales, fortaleciendo lazos con África subsahariana, Estados Unidos y China. Esta estrategia, que lo posiciona como un puente entre mercados occidentales y asiáticos, se materializa en proyectos como Tangier Tech City y la participación en la iniciativa «Belt and Road». En definitiva, Marruecos se presenta como un modelo de desarrollo económico que combina tradición y modernidad, y cuenta con los recursos para consolidarse como una potencia regional.
24/09/2024