El ingreso laboral global sigue disminuyendo, representando solo una fracción cada vez menor de la riqueza generada, pese al crecimiento económico global, señala un reciente informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Desde 2019 hasta 2022, la parte del ingreso total que reciben los trabajadores ha disminuido un 0,6%, tendencia que se mantiene y que refleja el impacto negativo de la tecnología y la pandemia en la distribución de la riqueza, exacerbando la desigualdad económica y social.
Los avances tecnológicos, especialmente en automatización e inteligencia artificial, aunque han impulsado la productividad, han contribuido también a una mayor concentración del capital en manos de unos pocos, dejando a los trabajadores con una porción menor de los ingresos. Este fenómeno está socavando los esfuerzos hacia la igualdad y el desarrollo sostenible, como alerta la OIT, que insta a implementar políticas que promuevan una distribución más equitativa del progreso económico y prácticas laborales justas.

Un trabajador en una fábrica de Dar es Saalam, en Tanzania
Además, el informe destaca un preocupante estancamiento en la reducción de jóvenes desvinculados de la educación y el mercado laboral, conocidos como «ninis». A pesar de una leve disminución en los últimos años, la tasa de ninis apenas se ha reducido, lo que apunta a la necesidad de políticas más efectivas para integrar a este grupo significativo de la población en la economía activa y prevenir futuras desigualdades.