Las recientes inundaciones en Chad han alcanzado niveles sin precedentes, afectando gravemente a más de 340,000 personas y cobrándose la vida de más de noventa ciudadanos desde principios de agosto, publican hoy las agencias Infobae, SWI, vía Efe. La intensidad de estas lluvias ha causado estragos en diversas regiones del país, incluyendo la capital, Yamena, donde numerosas familias han perdido sus hogares. Louise Yanyame, una residente afectada, compartió su desoladora situación con EFE, evidenciando la urgente necesidad de refugio y asistencia básica que enfrentan miles de desplazados que ahora se refugian en instalaciones como escuelas.

La catástrofe ha afectado igualmente a otros países de la región como Sudán y Níger, exacerbando la fragilidad de una población ya vulnerable. En Chad, el impacto se ha sentido en todo el espectro social y económico, desde la contaminación de pozos de agua hasta la interrupción de servicios básicos. La ministra de Acción Social y Solidaridad Nacional, Fatimé Boukar Kossei, ha hecho un llamado a la comunidad internacional para colaborar ante la incapacidad del gobierno de enfrentar solo esta crisis. En Tibesti, al norte, la situación es particularmente crítica, con un balance de al menos sesenta fallecidos en una semana y severos daños materiales reportados por el médico local Nour Moctar.
En respuesta a la emergencia, el gobierno ha instaurado un comité especial para la prevención y gestión de inundaciones, dirigido por Mahamat Assileck, ministro de Ordenación del Territorio, Vivienda y Desarrollo Urbano. Assileck enfatiza la importancia de la acción preventiva y apela a la solidaridad internacional para mitigar los efectos de la catástrofe que recurrentemente golpea a las mismas comunidades. La situación se complica aún más con la llegada de la temporada de lluvias, que este año anticipa precipitaciones por encima del promedio en partes del Sahel y África occidental, según previsiones meteorológicas.
Este desastre natural pone de relieve la extrema vulnerabilidad de Chad ante fenómenos climáticos severos, exacerbados por la pobreza crónica, el subdesarrollo y la inestabilidad política que caracterizan a la región. La Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) ha documentado el vasto impacto de las inundaciones, destacando la dependencia crítica de la población hacia la ayuda humanitaria internacional. Con familias enteras desplazadas y una infraestructura dañada, la reconstrucción de Chad y el apoyo global serán fundamentales para superar esta y futuras calamidades.
22/8/2024