El Mar Mediterráneo ha vuelto a romper récords de temperatura por segundo año consecutivo, generando preocupación entre la comunidad científica y ambiental. Este fenómeno no solo amenaza la biodiversidad marina, sino que también está fomentando la proliferación de especies invasoras y podría intensificar las lluvias en una región que ya sufre los efectos del cambio climático de manera desproporcionada.
El 15 de agosto, la temperatura media diaria de la superficie del Mediterráneo alcanzó un asombroso 28,90°C, superando el récord anterior de 28,71°C registrado el 24 de julio de 2023, según informó Justino Martínez, investigador del Instituto de Ciencias Marinas (ICM) de Barcelona y del instituto catalán ICATMAR. Estos valores inéditos se basan en datos satelitales proporcionados por el servicio marítimo del Observatorio Europeo Copernicus, que recopila información desde 1982.
“El pico de temperatura registrado el 15 de agosto se localizó en la costa egipcia, en El-Arish, donde se alcanzaron 31,96ºC”, indicó Martínez, aunque advirtió que este dato debe ser tratado con cautela hasta que sea verificado más exhaustivamente.

Este es el segundo verano consecutivo en el que el Mediterráneo supera las temperaturas del verano de 2003, conocido por su calor extremo, cuando el récord de 28,25°C, medido el 23 de agosto, se mantuvo imbatido durante dos décadas. Este aumento continuo de las temperaturas marinas preocupa especialmente porque no se trata de picos aislados, sino de un periodo prolongado de calor anómalo que comenzó en 2022.
El nuevo récord se produce tras un mes de julio abrasador en gran parte de la cuenca mediterránea, que ha sido azotada por olas de calor, sequías e incendios forestales, como los que devastaron Grecia recientemente.
Martínez también destacó que, aunque se batió el récord de temperatura máxima diaria, lo más alarmante es la persistencia de estas temperaturas extremadamente altas a lo largo del tiempo, un fenómeno que incluso supera las expectativas del cambio climático.
Lo que resulta especialmente preocupante este año es que el récord se ha alcanzado casi tres semanas más tarde de lo habitual, cuando las temperaturas suelen empezar a descender a finales de agosto. Esto sugiere un cambio significativo en los patrones climáticos que podría tener consecuencias graves para la región.
La cuenca mediterránea ha sido identificada desde hace tiempo por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de la ONU como un ‘hotspot’, una de las regiones más vulnerables al calentamiento global. Los científicos temen que estas temperaturas extremas se conviertan en la nueva norma, con impactos devastadores tanto para la vida marina como para las poblaciones humanas que dependen de estos ecosistemas.
16/08/2024