Un terremoto de magnitud 4.8 sacudió el oeste de Siria en la noche del pasado lunes, siendo percibido en todo el país, así como en Jordania y Líbano. El epicentro del seísmo se localizó en la ciudad de Hama a una profundidad de 10 kilómetros, según informó la agencia de noticias estatal SANA.
El Ministerio de Sanidad sirio ha comunicado que alrededor de 65 personas resultaron heridas, la mayoría con lesiones leves o moderadas, principalmente conmociones sufridas mientras huían presas del pánico. Afortunadamente, no se han reportado víctimas mortales, aunque las autoridades permanecen en alerta, monitoreando la situación. En cuanto a los daños materiales, las primeras evaluaciones indican que no se han producido grandes desperfectos, más allá de algunas grietas en edificios.

Horas después del terremoto inicial, el Centro Nacional de Terremotos en Siria registró una réplica de magnitud 3.9. Además, durante la mañana del martes se detectaron hasta 13 temblores adicionales en la zona este de Hama, la misma región donde se originó el primer seísmo.
Este evento sísmico ha generado temor en la población, que aún recuerda el devastador terremoto de magnitud 7.8 que en febrero de 2023 causó la muerte de más de 50.000 personas y dejó una destrucción generalizada en Siria y Turquía. La confusión y el pánico fueron agravados por el contexto de tensión en la región, marcada por los recientes ataques aéreos israelíes en Líbano y Siria. Según han indicado las autoridades, algunos ciudadanos inicialmente confundieron el terremoto con un bombardeo, reflejando el estado de ansiedad en el que viven debido a las hostilidades en curso.
El seísmo reciente ha vuelto a poner de relieve la vulnerabilidad de la región ante los desastres naturales, en un momento en que la infraestructura y los servicios de emergencia ya están debilitados por años de conflicto. Las autoridades continúan evaluando la situación y se mantienen preparadas para responder a cualquier eventualidad adicional.
13/08/2024