El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, reafirmó que su gobierno no cederá el control del país ni entregará el poder político a la oposición, a la que calificó como una «oligarquía fascista». Durante un Consejo de Defensa y Estado celebrado en la Casa Amarilla, donde estuvieron presentes el alto mando militar y miembros del ejecutivo, Maduro instó a las instituciones a actuar con firmeza contra los responsables de la violencia que ha estallado tras las recientes elecciones presidenciales.
En su discurso, Maduro señaló que la oposición estaba detrás de un supuesto plan para provocar un «baño de sangre» en el país, acusando a sus líderes de instigar la violencia postelectoral. El presidente cuestionó públicamente la ubicación de Edmundo González Urrutia, candidato opositor, y de María Corina Machado, líder opositora, sugiriendo que estaban ocultándose tras haber promovido actos violentos.

Además, Maduro subrayó la necesidad de que los «autores intelectuales y financiadores» de los disturbios sean llevados ante la justicia, asegurando que en esta ocasión no debería haber impunidad. También insistió en la importancia de «desfascistizar» a la derecha venezolana.
El mandatario criticó el papel de las redes sociales, acusándolas de propagar antivalores y de ser utilizadas como herramientas para desestabilizar al país. En respuesta, anunció que pedirá a la Asamblea Nacional que acelere la aprobación de leyes contra el «fascismo y el odio».
Estas declaraciones de Maduro se producen en un contexto de alta tensión política tras las elecciones presidenciales del 28 de julio, en las que el Consejo Nacional Electoral (CNE) le otorgó la victoria con un estrecho margen. Sin embargo, la oposición y varios países de la comunidad internacional han denunciado un posible fraude electoral y han exigido una verificación independiente de los resultados, algo que el CNE ha rechazado, alegando un supuesto «ciberataque».
Las manifestaciones en rechazo a los resultados han sido reprimidas por las fuerzas de seguridad, dejando un saldo de más de 2.200 detenidos y 25 muertos. Ante esta situación, Maduro afirmó que su gobierno es la garantía de paz en Venezuela y que no permitirá que la violencia prevalezca en el país.
12/08/2024









