Desde hace más de un mes, París ha sido tomada por un ejército de 45,000 voluntarios que aseguran que todo en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos funcione a la perfección. Su trabajo puede ser discreto, pero su presencia es visible en cada esquina de la ciudad, siempre dispuestos a ofrecer su ayuda, según reportaje del diario El Obrero.

Los voluntarios realizan una variedad infinita de tareas: desde animar a los turistas, resolver dudas de espectadores y periodistas, hasta detalles minuciosos en los pabellones deportivos. Incluso uno de ellos fue el sujetaparaguas del presidente del Comité Organizador, Tony Estanguet, en una lluviosa ceremonia de apertura.
Emmanuel Macron, presidente de Francia, no ha pasado por alto su crucial contribución. “Vosotros hacéis que estos Juegos sean posibles”, declaró en un reciente encuentro con los voluntarios, quienes, en su mayoría, buscan vivir una experiencia única. Esta comienza al vestir el uniforme verde-azulado, que para muchos simboliza el inicio de una aventura inolvidable.
Entre los voluntarios se encuentra Satish Moparthi, un investigador

de la India radicado en París, cuyo objetivo es interactuar con personas de diversas culturas. María Henderson, de Ciudad de México, y Sara Petrovic, de Serbia, comparten el deseo de sumergirse en la atmósfera olímpica, viviendo un momento único en la historia del deporte.
Estos voluntarios, aunque no se conocen profundamente, comparten el entusiasmo de vivir los Juegos desde el interior, aprovechando cada momento en el Paris Media Centre, un espacio creado para la prensa en el centro de la ciudad. Este lugar no solo sirve como punto de encuentro para los periodistas de 120 países, sino también como un espacio donde los voluntarios pueden interactuar y aprender unos de otros.
El programa de voluntariado no solo demuestra el compromiso de París para realizar unos Juegos inclusivos, sino que también refleja una diversidad impresionante: 58 % de los voluntarios son mujeres y el 42 % hombres, con una amplia gama de edades representadas. Desde los jóvenes Diego y Sedra, nacidos en 2006, hasta los veteranos Wladimir y Patricia, de 81 años, todos desempeñan un papel esencial en el éxito de los Juegos.
Los voluntarios de París 2024 no solo están en la capital francesa, sino también dispersos por todo el territorio francés, incluso en Tahití, donde se celebra la competición de surf. Todos ellos trabajan en turnos de diez días, divididos entre los periodos olímpicos, para garantizar que los Juegos transcurran sin contratiempos.
Gracias a su dedicación y espíritu de equipo, los Juegos de París 2024 prometen ser no solo un espectáculo deportivo, sino también un ejemplo de solidaridad y cooperación internacional.
4/8/2024









