En 2024, las temperaturas han alcanzado niveles récord a nivel mundial.
El Secretario General de la ONU, António Guterres, ha solicitado una respuesta inmediata y coordinada tras la publicación de un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que destaca los «desafíos sin precedentes» que enfrentan los trabajadores debido al aumento de las temperaturas.
Este jueves 25 de julio, la ONU presentó el Llamamiento a la Acción del Secretario General sobre el Calor Extremo, que exige una colaboración urgente en cuatro áreas críticas: protección de las personas vulnerables, seguridad de los trabajadores, aumento de la resiliencia económica y social mediante la ciencia y los datos, y limitación del calentamiento global a 1,5 °C mediante la eliminación de combustibles fósiles y el fomento de las energías renovables.
La iniciativa reúne conocimientos de diez entidades de la ONU, incluida la OIT. En línea con este llamado, la OIT ha advertido en su reciente informe sobre el creciente riesgo de estrés térmico para los trabajadores a nivel mundial.

La situación es alarmante. El calor extremo está causando daños económicos, aumentando las desigualdades, obstaculizando los Objetivos de Desarrollo Sostenible y provocando muertes. Guterres subrayó que «el calor extremo ya no es un fenómeno puntual, sino una realidad constante». Además, mencionó que las muertes relacionadas con el calor entre mayores de 65 años han aumentado un 85% en las últimas dos décadas.
El impacto en los niños también es preocupante. UNICEF informó que casi el 25% de los niños están expuestos a olas de calor frecuentes, cifra que podría alcanzar casi el 100% en 2050. Guterres instó a los líderes de todos los sectores a actuar de inmediato, destacando la necesidad de eliminar los combustibles fósiles y aumentar la financiación climática.
La OIT también advirtió que las regiones no acostumbradas al calor extremo enfrentarán mayores riesgos, y los trabajadores en climas ya calurosos verán condiciones aún más peligrosas. El estrés térmico puede causar enfermedades graves y aumentar las tasas de mortalidad, lo que resalta la necesidad de proteger a los trabajadores durante todo el año.
El informe de la OIT señala que 4.200 trabajadores murieron por olas de calor en 2020, y 231 millones estuvieron expuestos a estas condiciones, un aumento del 66% respecto al año 2000. La organización subraya que la prevención efectiva podría ahorrar hasta 361.000 millones de dólares en ingresos perdidos y gastos médicos.
Finalmente, el análisis revela que las economías de ingresos bajos y medios son las más afectadas, con costes que pueden alcanzar el 1,5% del PIB nacional debido a las lesiones por calor excesivo en el trabajo. La OIT subraya la necesidad de planes de acción y legislación contra el calor para proteger a los trabajadores y fomentar la colaboración global para enfrentar estos desafíos.
26/07/2024