El conflicto en la Franja de Gaza ha llevado a una situación crítica, con la agricultura prácticamente destruida debido a los continuos bombardeos y hostilidades. Las operaciones militares en zonas clave como Rafah y el este de Khan Younis han devastado áreas que antes eran ricas en producción agrícola, resultando en daños significativos a los invernaderos y dejando granjas sin atención. Esto ha exacerbado la crisis alimentaria, con más de medio millón de personas enfrentando hambre catastrófica.
La OCHA ha informado que la falta de acceso a semillas, fertilizantes y otros insumos esenciales ha hecho imposible la recuperación de la agricultura local, crucial para la subsistencia de la población de Gaza. Esta situación se ve agravada por la destrucción de infraestructura agrícola y la interrupción de las operaciones humanitarias, dificultadas por inseguridades y restricciones de acceso.

Además, la FAO ha señalado que la guerra ha llevado a una pérdida drástica de ingresos para las familias que dependen de la agricultura, con una reducción de hasta el 72% en sus ingresos. Esto se suma a la disminución significativa del ganado y a un aumento en la superficie de tierras agrícolas dañadas, observado a través de imágenes de satélite.
Los desplazamientos forzados y la inseguridad continúan afectando gravemente a las poblaciones, dificultando el acceso a servicios esenciales como la nutrición y la salud. Las instituciones de salud están al borde del colapso, y los servicios nutricionales apenas se mantienen gracias a las entregas de suplementos nutricionales.
En este contexto desolador, la comunidad internacional y las agencias de la ONU están haciendo esfuerzos para mitigar el impacto del conflicto, proporcionando ayuda alimentaria y apoyando a las familias afectadas. Sin embargo, la situación sigue siendo precaria y la necesidad de una solución duradera y efectiva es urgente para evitar una catástrofe humanitaria de mayor escala.
26/7/2024









