Desde 2021, el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE) ha estado llevando a cabo una serie de campañas arqueológicas en el Monasterio de San Pedro de Arlanza, ubicado en Hortigüela, Burgos. Estas investigaciones han estado enfocadas en desentrañar los orígenes y la evolución histórica del monasterio. Juan José Gordón, jefe de Arqueología del IPCE, presentó hoy los últimos descubrimientos obtenidos de las excavaciones realizadas entre junio y agosto, acompañado de una visita guiada por el subdelegado del Gobierno en Burgos, Pedro Luis de la Fuente.
La actual campaña ha sido particularmente fructífera, revelando detalles cruciales sobre la estructura original del monasterio. Uno de los mayores enigmas, la existencia y ubicación del primer claustro románico, ha sido finalmente resuelto. Los investigadores han descubierto el banco corrido de cimentación y el negativo de la primera hilada de sillares, junto con la reutilización de elementos románicos como basas y molduras. Esto confirma que desde el siglo XI, el monasterio contaba con un claustro románico, que fue completamente desmantelado y cuyas piezas fueron reutilizadas en las construcciones posteriores del claustro renacentista.

Además, la reciente excavación de la muralla monástica ha sacado a luz una robusta estructura que cerraba el recinto monástico septentrional, una edificación previamente conocida solo por fuentes escritas antiguas. Esta muralla, con sus cinco torres documentadas hasta el siglo XVI, jugó un papel crucial en la configuración del espacio monástico y sus funciones a lo largo de los siglos.
Estos hallazgos son parte de un proyecto arqueológico global que comenzó con técnicas de fotogrametría aérea y prospección geofísica. Las campañas anteriores también han revelado los cimientos y restos de la muralla medieval que rodeaba el monasterio, proporcionando nuevos datos sobre la historia constructiva de este emblemático sitio.
El proyecto no solo ha aportado evidencia física sobre la configuración y evolución del monasterio, sino que también ha recuperado parte de la memoria histórica del lugar, que sufrió un severo golpe con el incendio de 1894 que destruyó el archivo monástico. Los trabajos continúan, y se espera que el análisis de los materiales, junto con las dataciones de los morteros, aporte más claridad sobre la cronología de las estructuras descubiertas.
Este profundo estudio del Monasterio de San Pedro de Arlanza no solo enriquece el conocimiento sobre su pasado, sino que también promete mejorar la experiencia cultural de futuras visitas al enclave, integrando los nuevos descubrimientos en la narrativa histórica accesible al público. 24/6/2024