En España, el debate sobre la necesidad de implementar una prestación universal por crianza que beneficie a todos los niños y niñas hasta los 18 años ha cobrado nueva vida. Este debate surge en un contexto preocupante, donde casi el 29% de los niños y adolescentes viven bajo el umbral de la pobreza, una cifra significativamente superior al promedio nacional del 20%.
La persistencia y crecimiento de la pobreza infantil en España, a pesar de un entorno de recuperación económica y avances en políticas sociales desde 2021, destaca la ausencia de un sistema de protección social para la infancia suficientemente sólido y efectivo. En respuesta a esta problemática, UNICEF y la OIT abogan firmemente por las ayudas económicas universales para la infancia a nivel mundial, destacando su capacidad para eliminar barreras y exclusiones típicas de los sistemas de ayuda basados en límites de ingresos.
La universalidad de estas ayudas no solo facilita su gestión y reduce costos administrativos, sino que también actúa como un mecanismo preventivo contra la pobreza ante futuras crisis, aumentando el compromiso social y político una vez implementadas. Además, este tipo de ayudas no solo combate la pobreza, sino que también reconoce y apoya el esfuerzo económico que las familias con niños realizan, beneficiando al conjunto de la sociedad.

A nivel internacional, muchos países de nuestro entorno cultural y económico ya cuentan con sistemas de ayudas universales a la infancia, incluidos 23 de los 27 miembros de la Unión Europea. Estos países muestran una mayor capacidad para reducir la pobreza infantil en comparación con España, que tiene uno de los impactos más bajos en la reducción de la pobreza infantil entre los países europeos.
La Comisión Europea ha recordado recientemente a España la necesidad de avanzar en la reforma de las ayudas a la infancia, dada la escasa capacidad del país para reducir la pobreza, especialmente la infantil. En contraste, países con menos recursos económicos, como Mongolia, han logrado avances significativos mediante la implementación de políticas de apoyo a la infancia con prestaciones casi universales.
La experiencia internacional demuestra que no es necesario ser un país rico para proteger eficazmente a la infancia. Ejemplos como Polonia e Italia, que han implementado prestaciones universales recientemente, han visto reducciones significativas en la pobreza infantil en períodos cortos.
Este debate en España es crucial y desde UNICEF España se espera contribuir con ejemplos de éxito de otros países y abogar por decisiones políticas basadas en evidencia que aborden de manera efectiva la magnitud de este problema estructural. La implementación de medidas audaces es fundamental para mejorar el bienestar y los derechos de los niños y niñas en España y, en última instancia, para el futuro del país.
21/6/2024