En la provincia de Tak, Tailandia, la vida de los educadores que trabajan en centros de aprendizaje para niños inmigrantes es una carrera constante contra el tiempo y la escasez de recursos. Mientras el mundo celebra el Día Mundial de los Refugiados el 20 de junio, la atención se centra en estos héroes no remunerados que juegan múltiples roles para sostener la educación y el bienestar de miles de niños que cruzan desde Myanmar.
Actualmente, los educadores atienden a 14,400 alumnos, un aumento significativo desde los 11,450 de 2020. Estos profesionales hacen malabares con roles adicionales de padres sustitutos, agricultores y comerciantes, muchas veces bajo la guía y apoyo de la ONU.
Uno de los testimonios más conmovedores proviene del distrito de Phop Phra, donde una directora de 48 años dirige un centro que aloja a 110 niños. Su día comienza al amanecer y termina pasada la medianoche, ocupándose de todo, desde la enseñanza hasta cocinar y consolar a los niños.
En el distrito de Mae Ramat, situado cerca de la frontera, otro centro se enfrenta a retos logísticos enormes. A pesar de los limitados recursos, incluyendo la dependencia de la energía solar y la necesidad de cultivar su propio alimento, el personal se esfuerza por mantener un ambiente seguro y educativo para sus 50 residentes.

La comunidad internacional no permanece ajena a estos esfuerzos. Iniciativas apoyadas por el gobierno japonés y la UNESCO han logrado mejorar las instalaciones y proveer recursos esenciales, permitiendo a más de 7,000 alumnos recibir tres comidas nutritivas diarias.
A medida que los conflictos continúan en Myanmar, la determinación de estos educadores de mantener sus centros abiertos y seguros para los niños es más vital que nunca. «Seguiré haciendo estas cosas por los niños», afirma uno de los directores, resumiendo el sentir común entre sus colegas. «Mi felicidad es ver a los niños sonreír, estar seguros, bien alimentados y crecer para tener una vida mejor.»
Este Día Mundial de los Refugiados, la ONU y el mundo reconocen y agradecen el incansable trabajo y sacrificio de estos educadores en la frontera tailandesa.
19/6/2024