México ha tomado una decisión crucial al prohibir la práctica dañina conocida como «terapia de conversión», lo cual contribuirá significativamente a la salud pública. ONUSIDA insta a otros países a seguir el ejemplo de México.
El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA) ha celebrado la reciente reforma del Código Penal Federal y la Ley General de Salud de México, que prohíben los Esfuerzos para Corregir la Orientación Sexual e Identidad de Género (ECOSIG), comúnmente conocidos como «terapias de conversión».
«La llamada ‘terapia de conversión’ perpetúa el estigma y la discriminación, dañando así la salud pública. La decisión de México de poner fin a esta práctica perjudicial es un paso fundamental para garantizar la salud pública. Es crucial que todos los países sigan el ejemplo de México», declaró Luisa Cabal, directora regional de ONUSIDA para América Latina y el Caribe.
Condena de Expertos en Salud y Derechos Humanos
La comunidad médica y de derechos humanos ha condenado repetidamente la «terapia de conversión» por causar graves daños psicológicos. En 2012, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) afirmó que estas terapias carecían de justificación médica y representaban una grave amenaza para la salud y los derechos humanos.
En 2015, una declaración conjunta de organismos de la ONU condenó «los abusos en entornos médicos, incluidas las ‘terapias’ no éticas y perjudiciales destinadas a cambiar la orientación sexual». En 2016, la Asociación Mundial de Psiquiatría declaró que «no hay pruebas científicas sólidas de que la orientación sexual innata pueda cambiarse». En 2020, el Grupo Independiente de Expertos Forenses (IFEG) calificó estas terapias como una forma de engaño y fraude.
Llamado a una Prohibición Mundial
En 2020, el Experto Independiente de la ONU sobre orientación sexual e identidad de género pidió «una prohibición mundial de las prácticas de ‘terapia de conversión’», describiéndolas como falsas y dañinas, y enfatizó la necesidad de eliminarlas en todas partes.
Impacto del Estigma en la Salud Pública
La experiencia de ONUSIDA muestra que el estigma y la vergüenza alejan a las personas de servicios sanitarios esenciales y sistemas de apoyo, incluidos aquellos relacionados con la prevención, pruebas, tratamiento y atención del VIH. La protección de los derechos humanos de todas las personas es fundamental para la salud pública, ya que promueve el acceso inclusivo y equitativo a los servicios de salud sin discriminación.
«Las pruebas son claras», afirmó Cabal. «Las prácticas estigmatizantes perjudican la salud pública. Garantizar la inclusión, la aceptación y el respeto de los derechos humanos de todas las personas es vital para proteger la salud de cada una. El estigma mata, y la solidaridad salva vidas».
12/6/2024