Las bebidas energéticas, populares entre jóvenes y adolescentes para todo desde estudiar hasta salir de fiesta, podrían representar un riesgo significativo para la salud si se consumen en exceso, advierte la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Este mensaje surge en un contexto donde la ingesta de estas bebidas está cada vez más generalizada, y no siempre se consideran sus posibles efectos adversos.
Originadas hace casi cuatro décadas y vinculadas inicialmente a deportes extremos, las bebidas energéticas han encontrado un nicho robusto entre los adolescentes y preadolescentes. Estos consumidores las utilizan para aumentar su concentración, combatir el sueño, mejorar su rendimiento físico, o incluso como complemento en fiestas, mezclándolas con alcohol. Marcas como Red Bull, Monster, y una creciente lista de productos de supermercado, ofrecen una variedad amplia de estas bebidas, que también incluyen opciones energéticas de gigantes como Coca-Cola y Pepsi.

La OCU, tras examinar una amplia muestra de estas bebidas, recalca que el contenido de cafeína puede ser extremadamente alto, especialmente en las presentaciones de mayor tamaño. «A menudo, el consumo diario y repetido puede sobrepasar los niveles seguros recomendados», menciona el informe. La EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) ha establecido que la ingesta segura de cafeína para adultos es de hasta 400 mg diarios, mientras que para las mujeres embarazadas o en período de lactancia es de hasta 200 mg. En los adolescentes, una sola dosis no debería superar los 3 mg por kg de peso corporal.
Las bebidas energéticas, descritas como una mezcla de agua carbonatada, azúcares o edulcorantes, y aditivos como la cafeína, ofrecen un valor nutricional muy limitado. Además de la cafeína, algunas incluyen vitaminas del grupo B, aminoácidos y otros ingredientes como ginseng, taurina o guaraná, cuyos efectos energizantes aún no han sido aprobados por la EFSA.
El abuso de cafeína puede llevar a problemas serios tanto a corto como a largo plazo. En el corto plazo, puede provocar trastornos del sistema nervioso central como insomnio, ansiedad y cambios de comportamiento. A largo plazo, el consumo excesivo está relacionado con problemas cardiovasculares y otros riesgos para la salud, especialmente en embarazadas, donde se puede asociar a un retraso en el crecimiento del feto.
La OCU también recalca la importancia de leer las etiquetas de estas bebidas, las cuales deben indicar claramente cuando la cafeína supera los 150 mg/l, incluyendo una advertencia específica de «contenido elevado de cafeína» y recomendaciones sobre su consumo moderado, especialmente relevante para los jóvenes, mujeres embarazadas o personas con problemas de tensión alta.
Esta información es crucial para fomentar un consumo responsable y seguro de las bebidas energéticas, especialmente entre los más jóvenes, quienes quizás no estén plenamente conscientes de los riesgos asociados a un consumo excesivo de cafeína. La OCU continúa trabajando para proporcionar guías y recursos educativos que ayuden a los consumidores a tomar decisiones informadas respecto a su salud. 27/5/2024