En la ciudad senegalesa de Kidira, ubicada en la frontera con Mali, se incautaron 1.137 kilos de cocaína ocultos en numerosos pequeños paquetes de plástico dentro de una cámara frigorífica de un camión a mediados de abril, estableciendo un nuevo récord regional para incautaciones terrestres de esta droga.
Este hallazgo se suma a otra gran operación meses antes, cuando, en noviembre, la Marina senegalesa interceptó una embarcación en alta mar con 2.975 kilos de cocaína.
Benoit Tine, profesor de sociocriminología en la Universidad Assane Seck de Ziguinchor y uno de los principales expertos regionales en toxicomanías, explicó a EFE y recoge El Obrero, que «la disponibilidad de drogas está aumentando, lo que refleja un aumento en la producción debido al incremento del consumo y, por consiguiente, del tráfico necesario para satisfacer la demanda».

Aunque tradicionalmente el destino del tráfico ilícito de drogas era Europa occidental y Oriente Medio, ahora se orienta hacia nuevos consumidores.
Según la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (ONUDD), el consumo de drogas en África occidental y central ha aumentado un 23 % en la última década, con una tasa de prevalencia del 10 %, más del doble de la media mundial del 4,4 %.
El impacto es particularmente severo entre los jóvenes. Un recorrido por el Centro Integrado de Atención a las Toxicomanías (CEPIAD) en Dakar revela que la mayoría de los pacientes tratados son menores de 35 años, con un notable predominio de jóvenes entre 10 y 29 años, quienes constituyen el 75 % de quienes buscan tratamiento por abuso de drogas en la región. Además, la probabilidad de consumo de drogas es casi diez veces mayor en zonas urbanas que en rurales.
«Cuando el precio de ciertas drogas, como la cocaína, puede alcanzar los 100.000 francos CFA (unos 150 euros), se entiende el atractivo que puede generar, el tráfico que esto implica, y la enorme industria del lavado de dinero que surge, además de los delitos relacionados con las drogas que pueden socavar todos los esfuerzos de desarrollo», señaló Tine.
Aunque las aprensiones de cocaína son significativas, los derivados del cannabis, como la resina y el hachís, siguen siendo las drogas ilícitas más incautadas en la región, constituyendo el 68.96 % del total. La cantidad de cannabis incautado en África occidental ha ido en aumento, desde 139 toneladas en 2020 hasta 892 toneladas en 2022.
Tine advierte que, aunque se publiciten ampliamente las incautaciones, la situación real es mucho más grave: «En criminología, hablamos de cifras grises y negras. Esencialmente, lo que se incauta es solo la punta del iceberg».
La región también se ha convertido en un importante destino para los opioides farmacéuticos, especialmente el tramadol, un potente analgésico cuyo consumo se ha convertido en una «epidemia», según la ONU. Feliciene Tia, investigador del Programa Nacional de Lucha contra la Droga de Costa de Marfil, explica que en ciertos contextos, «existe una presión social que empuja a las personas a buscar formas de mejorar su rendimiento físico, y el tramadol se ve como una forma rápida y eficaz de lograr estos objetivos».
El alto consumo sin receta en países como Nigeria indica la posible existencia de una producción local significativa: entre 2017 y 2021, el Sahel representó la mitad de los opioides farmacéuticos incautados a nivel mundial.
16/5/2024