El socialismo ha dado un duro golpe al independentismo y a la derecha en las recientes elecciones catalanas. Salvador Illa, líder del PSC, ha superado las expectativas de la mayoría de las encuestas y sondeos al convertirse en el claro vencedor de los comicios de la comunidad. Lo ha logrado con una marcada ventaja sobre los demás candidatos, aunque el cambio que tanto su entorno como el gobierno central esperan sigue sin estar completamente garantizado.
Con los resultados en la mano, en principio, hay un escenario viable para aclarar el futuro político de Cataluña, aunque su implementación no será sencilla. La victoria de Illa, con el 28,3% de los votos y 41 escaños, le permitiría liderar un tripartito de izquierdas. Esto es lo que intentará, como confirmó en su breve discurso tras la victoria.

En esta línea, para formar el mencionado tripartito, Illa necesitaría el apoyo de Comuns-Sumar (5,7% de los votos y 6 escaños). A pesar de su bajada en los resultados, Jessica Albiach ha declarado que no pondrá obstáculos y trabajará por llegar a un acuerdo. De hecho, ha llamado a todas las fuerzas de izquierda a construir un nuevo gobierno, argumentando que es la única manera de responder a las necesidades de Cataluña.
Por otra parte, otra de las fuerzas con las que el PSC tendrá que negociar es ERC, lo que podría complicar las posibilidades de un gobierno progresista con Pere Aragonès. Así pues, el resultado de esta formación (13,6% y 20 escaños, tras una caída significativa de 13 escaños) abre un debate interno crucial en el partido: apoyar al PSC o rechazarlo y provocar una inevitable repetición electoral ante la falta de otras alternativas.
En este nuevo panorama, una cuestión tenemos asegurada: Illa no rechazará ningún pacto, excepto si implicaba un acuerdo con Vox o Alianza Catalana, tal y como ha confirmado él mismo en repetidas ocasiones durante la campaña.
13/05/2024