En la sesión de control en el Congreso de hoy, el presidente Pedro Sánchez y el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, han intercambiado críticas, como suele ser habitual. Feijóo ha acusado a Sánchez de perjudicar la imagen de su partido, mientras que Sánchez ha calificado la actuación de la oposición como destructiva.
Durante la sesión, Sánchez reafirmó la posición de España sobre el reconocimiento del Estado palestino, a lo que Feijóo, tras días de incertidumbre sobre la postura de su partido, respondió apoyando la idea de dos estados, pero condicionando el reconocimiento a un acuerdo negociado y al apoyo de otras naciones importantes.

Esta propuesta ha sido criticada por Sánchez, quien cuestionó la dependencia de la política exterior del PP respecto a decisiones de terceros países. Por otro lado, socios de la coalición de gobierno han expresado su desacuerdo con lo que consideran un tono demasiado agresivo por parte de Sánchez, especialmente en temas de defensa, con Íñigo Errejón y Ione Belarra oponiéndose al incremento del gasto militar.
Durante la sesión del Congreso de este miércoles, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, confrontó al líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, con una pregunta directa sobre el Estado palestino, inspirada en declaraciones previas de José María Aznar, quien afirmó que Palestina «no existe ni existirá».
Sánchez instó a Feijóo a clarificar su postura respecto a la existencia de un Estado palestino, criticando la ambigüedad del PP y subrayando el compromiso de su gobierno con una política internacional significativa para España en Europa. Además, Sánchez acusó al PP de carecer de propuestas en asuntos internacionales cruciales, como el conflicto en Gaza, e instó a Feijóo a expresar su opinión sobre el respeto al derecho internacional en dicho conflicto.
Sánchez también cuestionó la dependencia del PP de las decisiones de otros países respecto a la solución de dos Estados, insinuando que Feijóo carece de autonomía en política exterior y sugiriendo que Aznar sigue influenciando las decisiones del partido.
El presidente del Gobierno criticó además a Aznar por implicar a España en conflictos pasados y defendió el reconocimiento del Estado palestino no como una cuestión ideológica, sino de justicia histórica, apoyada por líderes de diversas ideologías políticas.