El Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, presidido por el marroquí Omar Zniber, ha solicitado la suspensión de cualquier venta de armas a Israel a raíz del conflicto en la Franja de Gaza. Esta demanda se hizo el pasado viernes y advierte sobre el riesgo de un «genocidio» contra los palestinos. Este es el primer posicionamiento que toma el Consejo de Derechos Humanos respecto al conflicto que ha estado en curso desde el 7 de octubre, cuando Hamás lanzó un ataque sin precedentes en el sur de Israel.
Omar Zniber, quien fue elegido presidente del Consejo en enero tras competir con un representante de Sudáfrica, recibió 30 votos de los 47 miembros del Consejo, frente a los 17 votos obtenidos por el candidato de Sudáfrica. A pesar de la severa crítica hacia Israel en el texto, el Consejo no posee medios obligatorios para hacer cumplir sus resoluciones.

Antes de la votación, el representante permanente de Palestina ante las Naciones Unidas, Mohamed Khreisha, instó a todos a «despertar y poner fin a este genocidio», señalando que el tiempo asignado para hablar no sería suficiente para enumerar todas las atrocidades ocurridas en Gaza. La resolución fue aprobada por 28 de los 47 miembros del Consejo, con seis votos en contra, incluyendo los de Estados Unidos y Alemania, mientras que 13 países, entre ellos Francia, India y Japón, se abstuvieron.
El documento insta a todos los países a detener la venta, transferencia y entrega de armas, municiones y otro equipo militar a Israel para prevenir nuevas violaciones del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos. Condena el uso por parte de Israel de armas explosivas de amplio alcance en áreas pobladas de Gaza y el uso de inteligencia artificial para asistir en el proceso de toma de decisiones militares que podría contribuir a crímenes internacionales.
Aunque se eliminaron referencias a un genocidio en varias secciones del documento, aún expresa «profunda preocupación» por la información sobre graves violaciones de los derechos humanos, incluidos posibles crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, así como por la «evaluación de la Corte Internacional de Justicia que ve riesgos razonables de genocidio». Solicita a Israel que «ponga fin a su ocupación» de los territorios palestinos, incluida Jerusalén Oriental desde 1967, y que «levante inmediatamente el bloqueo y todas las demás formas de castigo colectivo contra la Franja de Gaza».
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas emitió la semana pasada una resolución en Nueva York pidiendo un cese al fuego en Gaza, que hasta ahora no ha tenido impacto en el terreno. El Consejo de Derechos Humanos no menciona a Hamás, pero condena el lanzamiento de cohetes sobre áreas civiles en Israel y exige «la liberación inmediata de todos los rehenes restantes, personas detenidas arbitrariamente y víctimas de desapariciones forzadas, asegurando además acceso humanitario inmediato a rehenes y detenidos».
Durante el ataque, aproximadamente 250 personas fueron secuestradas, de las cuales unas 130 siguen siendo rehenes en Gaza, y se estima que 34 de ellas han muerto, según cifras oficiales israelíes.