En un mundo donde la escasez de agua se ha convertido en un desafío mayor, la unión de las comunidades se erige como una urgencia para proteger y conservar este recurso tan precioso. Porque, más que un recurso, el agua es también un factor de armonía y una fuente de paz, siempre que se utilice de manera equitativa y con sensatez.
«Agua para la paz» es el tema elegido este año para celebrar el día mundial del agua, la ocasión para reafirmar que la gestión del agua puede fortalecer el multilateralismo y los vínculos entre poblaciones, así como la resiliencia ante desastres climáticos.

«En este Día Mundial del Agua, todos debemos unir nuestros esfuerzos en torno al agua y usarla a favor de la paz, sentando las bases de un futuro más estable y próspero», subraya en su sitio web la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que lamenta, sin embargo, que de los 153 países que actualmente comparten recursos hídricos, solo 24 de ellos han declarado haber concluido acuerdos de cooperación para todos los recursos hídricos compartidos.
Se trata de un hallazgo que llama la atención sobre la necesidad de intensificar la cooperación para contribuir a la preservación del agua y aumentar la armonía entre comunidades y países a favor del uso equitativo y sostenible de este recurso, desde la aplicación de las convenciones de las Naciones Unidas a nivel internacional hasta las acciones a nivel local.
En esta línea, Marruecos, bajo las Altas Orientaciones de SM el Rey Mohammed VI, otorga una importancia primordial a la gestión sostenible del agua al servicio del ciudadano y del desarrollo, al tiempo que apoya la cooperación internacional a este efecto. El Reino continúa reiterando su compromiso constante y aboga ante la comunidad internacional por una mejor consideración de la problemática del agua en la implementación de la agenda 2030 para el desarrollo sostenible.
Además, Marruecos coloca la cooperación en el sector del agua en el corazón de sus estrategias para combatir los efectos del cambio climático. El Reino se convierte así con el tiempo en un modelo para muchos países socios con los que comparte su experiencia y conocimientos sobre varios temas tanto estratégicos como técnicos relacionados con el agua.
Cada vez que la ocasión lo permite, Marruecos expresa su disposición a compartir sus experiencias y buenas prácticas acumuladas en el ámbito del agua, en el marco de una cooperación que busca ser tanto solidaria como efectiva.
De hecho, a la luz de la delicada situación hídrica que atraviesa el país, es loable la experiencia acumulada por el Reino para hacer frente a los efectos del cambio climático y al déficit de precipitaciones. Un desafío significativo para el cual Marruecos ha implementado soluciones avanzadas, de acuerdo con las Altas Directivas Reales. Se observa más que nunca la adopción por parte del Reino de estrategias basadas en el uso creciente de recursos hídricos no convencionales, o en la transferencia de aguas entre cuencas.
También se incluye la realización de operaciones de desalinización del agua de mar, la reutilización de aguas residuales tratadas, así como el despliegue de proyectos de gestión de la demanda de agua, procesos en los que Marruecos ha demostrado un importante saber hacer.
Entre las acciones que despliega Marruecos para preservar esta fuente vital, especialmente en el dominio público, es acertado mencionar el despliegue de la policía de aguas, un cuerpo encargado de controlar el uso del dominio público hidráulico y cuyos esfuerzos se han intensificado para responder a la particularidad de la situación hídrica de Marruecos.
Policía de aguas: acciones ad hoc para preservar los recursos hídricos
Según datos proporcionados a la MAP por la Dirección de Investigación y Planificación del Agua, que depende de la Dirección General de Hidráulica en el Ministerio de Equipamiento y Agua, el departamento de agua junto con las agencias de cuencas hidrográficas cuenta hasta ahora con 184 agentes de la policía de aguas, de los cuales 95 están provistos de vestimenta específica para la policía de aguas y disponen de 28 vehículos. Establecen un promedio anual de 1500 actas.
Su misión consiste en constatar infracciones a las disposiciones de la ley 36-15 sobre el agua y sus textos de aplicación y establecer las actas correspondientes, se recuerda.
De este modo, se hace evidente que la contribución de la policía de aguas a los esfuerzos por combatir el estrés hídrico es más necesaria que nunca. Además, su papel es más que evidente en la medida en que permitirá establecer las bases de un ciclo de agua funcional gestionado de manera equitativa. Elementos indispensables capaces de contribuir a la promoción de la salud pública, la prosperidad de los ciudadanos y la armonía ambiental.