Los últimos bombardeos aéreos de Israel causaron la muerte de, al menos, 44 palestinos en Rafah durante las primeras horas del sábado. El ataque se llevó a cabo después de que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, anunciara que había ordenado al ejército planificar la evacuación de cientos de miles de personas del sur de Gaza antes de una posible invasión terrestre.

A este respecto, Netanyahu no proporcionó más detalles ni una fecha específica para la operación, aunque su anuncio provocó que aumentara el pánico generalizado. Más de la mitad de los 2,3 millones de habitantes de Gaza se encuentran hacinados en Rafah, muchos de ellos desplazados por las repetidas órdenes de evacuación israelíes que ya han afectado a dos tercios de la población del enclave.
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores de Egipto, Sameh Shoukry, señaló que una ofensiva terrestre en Rafah tendría «consecuencias desastrosas». Asimismo, otros mediadores, como Qatar, advirtieron sobre una posible catástrofe, mientras que Arabia Saudí dijo que tendría «repercusiones muy graves».
En este contexto, cabe señalar que las fricciones entre Netanyahu y Washington comienzan a ser notorias, con la oposición de funcionarios estadounidenses a una invasión a Rafah sin un plan para proteger a los civiles.
11-02-2024