
La policía francesa ha alzado su voz en protesta, exigiendo compensaciones adicionales durante los preparativos para los Juegos Olímpicos de París, lo que plantea la amenaza de huelgas y posibles interrupciones en el evento deportivo.
Diversos sindicatos policiales han instado a los agentes a reducir su actividad en una «jornada mínima», con el sindicato «Alliance» solicitando compensaciones de hasta 2.000 euros por la pérdida de vacaciones y trabajo adicional durante los Juegos.
El ministro del Interior, Gerald Darmanin, ha respondido con la disposición de un fondo de aproximadamente 500 millones de euros para las fuerzas de seguridad durante los Juegos, buscando calmar las tensiones y garantizar la participación plena de la policía. Sin embargo, estas demandas salariales no se limitan a la policía, involucrando también a trabajadores sanitarios, conductores de transporte público y empleados municipales.
Francia, como anfitriona de los Juegos Olímpicos después de un siglo, aspira a destacar lo mejor del país, desde sus monumentos históricos hasta su relevancia mundial en gastronomía, moda y deporte. No obstante, las posibles huelgas y conflictos laborales plantean preocupaciones sobre la reputación del país, especialmente tras eventos como las protestas de los «chalecos amarillos» y las huelgas contra la reforma de las pensiones.
Philippe Moreau Chevrolet, experto en comunicación, advierte en declaraciones a la AFP sobre los riesgos, señalando que los Juegos Olímpicos pueden ser una «arma de doble filo» para la imagen de un país. Destaca la importancia de calmar la situación para reparar la imagen dañada de Francia como destino.
Los salarios, la principal demanda
Las negociaciones salariales abordan diversas demandas, desde compensaciones por pérdida de días festivos hasta la solicitud de fines de semana adicionales y turnos nocturnos para los trabajadores estatales durante los Juegos.
Michel Cadot, encargado del comité gubernamental de coordinación de los Juegos, indica en declaraciones a la AFP, que se están manejando las negociaciones ministerio por ministerio, aunque el presupuesto general para los Juegos aún es incierto.
A pesar de las tensiones laborales, los controladores de tráfico aéreo acordaron una «tregua» posponiendo sus demandas salariales hasta después de los Juegos Olímpicos, generando críticas sobre un posible «rescate» del gobierno para evitar caos en los viajes. Con unos 30.000 agentes de policía programados para el evento, la incertidumbre laboral agrega complejidad a un evento crucial para la reputación de Francia.
Descontento de los sindicatos
El sindicato de extrema izquierda CGT también expresó su descontento, denunciando la suspensión del derecho al descanso de fin de semana para algunos trabajadores y amenazando con operaciones de alto impacto y huelgas durante los Juegos.
Con los Juegos Paralímpicos programados después, del 28 de agosto al 8 de septiembre, la gestión de tensiones laborales y la preservación de la imagen internacional de Francia como anfitrión deportivo se presentan como desafíos adicionales. La incertidumbre persiste mientras el país busca equilibrar la celebración deportiva con las legítimas demandas de los trabajadores del sector público.
Por: Soufiane Ben Lazaar
18-01-2024