En un tribunal correccional de París se devela un oscuro episodio que pone de manifiesto la explotación de menores marroquíes migrantes en la capital francesa; el llamado “caso de los menores del Trocadero». En este sentido, seis ciudadanos argelinos, de 23 a 39 años, son los principales acusados, enfrentando cargos de «trata de personas», «sometimiento químico de menores», «maltrato» y «coacción”.
Por primera vez, los investigadores franceses cambian su perspectiva sobre los menores no acompañados marroquíes, quienes, en lugar de ser percibidos como delincuentes, son reconocidos como víctimas. En el marco del caso mencionado, doce jóvenes se presentan como partes civiles en el juicio. «No son delincuentes, son víctimas», afirma, a este respecto, Véronique Boulay, abogada de una de las partes civiles.

En esta línea, la narrativa utilizada en este caso judicial se desplaza hacia el otro extremo para reflejar la desesperación de los menores, los cuales, fascinados por el estilo de vida europeo, deciden emprender un viaje hacia Francia. Así pues, tal y como relata el medio francés “Charlie Hebdo”, las víctimas del “caso de los menores del Trocadero», tras ingresar de manera irregular a Europa, llegan a París, como “turistas inexpertos” y son atraídos por la explanada del Trocadero. Posteriormente, se encuentran con los acusados; seis argelinos que los atraen hacia una red de explotación. En un principio, les ofrecen consejos, un techo y dulces o bombones, que resultan ser sustancias químicas peligrosas, como Lyrica y Rivotril. De este modo, la dependencia química se convierte en el control de estos menores, quienes son utilizados para cometer robos violentos y son explotados, tanto física como psicológicamente.
Después de tres días de audiencia, los acusados niegan los hechos y presentan diversas versiones. No obstante, tanto la fiscalía como el tribunal coinciden en la sentencia dictada: de cuatro a seis años de prisión a cada a uno por «trata de personas», «encubrimiento de robo» y «tráfico de medicamentos». Además, se imponen multas y se anuncian compensaciones económicas para los menores como reconocimiento del sufrimiento soportado.
Con esto, cabe señalar que este caso arroja luz sobre una realidad oculta de explotación y vulnerabilidad que enfrentan los menores migrantes, exigiendo una mayor reflexión sobre la protección y los derechos de aquellos que buscan un futuro mejor.
14-01-2024