Rabat se encuentra en una encrucijada crítica en términos de gestión y uso sostenible del agua. La demanda de agua ha aumentado notablemente alentada por el crecimiento demográfico, la expansión de la agricultura y el comercio nacional e internacional. En cambio, los recursos hídricos disponibles han disminuido significativamente a causa de la prolongada sequía. La adopción de estrategias eficientes y la implementación de políticas para la conservación del agua y la diversificación de las fuentes son esenciales para afrontar los desafíos actuales y futuros relacionados con el suministro de agua en el país.

Marruecos está experimentando una de las sequías más graves de su historia, caracterizada por una drástica disminución en las precipitaciones y una notable reducción en los niveles de agua en sus embalses. Esta prolongada situación de escasez ha tenido un impacto significativo en el país, afectando no solo al suministro de agua, sino también a la agricultura y al abastecimiento a las ciudades.
Por su parte, el ministro marroquí de Infraestructuras y Agua, Nizar Baraka, ha informado que las lluvias registradas en los últimos meses estuvieron un 67% por debajo del promedio anual, y las entradas de agua a los embalses disminuyeron en un 66%. Además, el aumento de las temperaturas ha exacerbado la evaporación del agua almacenada en los embalses, reduciendo aún más los recursos hídricos disponibles.
En esta línea, Marruecos está implementando una estrategia integral para enfrentar su crisis hídrica, centrada en la desalinización como solución clave. En el 2030, se espera que el 50% del suministro de agua potable del país provenga de la desalinización, con un objetivo de alcanzar una producción de 1.400 millones de m³. El proyecto de la desaladora de Casablanca, que desarrollará ACCIONA, es un ejemplo destacado, con una inversión de 800 millones de euros y una capacidad diaria de 548.000 metros cúbicos.
Además, Marruecos cuenta con quince estaciones desaladoras en desarrollo, incluyendo las de Oualidia, Nador, Essaouira, Guelmim y Al Hoceima. Se planea reforzar las capacidades de las estaciones en El Aaiún y Safi, donde la estación de Safi actualmente abastece el 60% del consumo total de El Jadida y se espera que cubra el 100% de la demanda de Safi. Estas estaciones desaladoras funcionarán con energías renovables para reducir el costo por metro cúbico de agua, y se están planificando más estaciones en las ciudades costeras para reducir la presión sobre las presas.
Cabe señalar que este descenso en el valor agregado de la agricultura marroquí se atribuye principalmente a la falta de agua, ya que las temperaturas estuvieron por encima del promedio estacional, lo que afectó negativamente a los cultivos. La escasez de agua también impactó negativamente en la producción de frutas y verduras, lo que resultó en una disminución en el volumen de productos agrícolas exportados.
Esta situación resalta la importancia crítica de abordar la gestión sostenible del agua en el sector agrícola de Marruecos para garantizar la seguridad alimentaria y el desarrollo económico del país. La presencia de empresas españolas del sector del agua en Marruecos es notoria: Abengoa, fundamental en la desaladora de Agadir; Cadagua en la planta de desalinización de Jorf Lasfar o Acciona y Aqualia, involucradas en diversas infraestructuras de tratamiento de aguas residuales (EDAR).
12.01.2024