
Durante el discurso real pronunciado por el Rey Mohammed VI, en el que Marruecos celebra su historia contemporánea en el aniversario de la Marcha Verde, se captura la esencia de presentar una visión del Reino centrada en mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos y aprovechar sabiamente sus riquezas, en particular las del Sáhara. Este enfoque refleja un compromiso firme de convertir cada rincón del territorio en un lugar de dignidad y prosperidad, garantizando una mejor calidad de vida para todos los marroquíes. El discurso enfatiza la importancia de la integridad territorial y elogia la efectiva «diplomacia nacional» que promueve los intereses estratégicos de Marruecos a nivel internacional.
La diplomacia marroquí, como pilar de esta estrategia, recibe reconocimiento por fortalecer el apoyo internacional a la soberanía marroquí sobre el Sáhara. Esta labor transforma desafíos en oportunidades y convierte los intentos adversos en fracasos notables, consolidando la posición internacional de Marruecos.
En este contexto, el Rey reafirma su búsqueda de un desarrollo económico y social armonioso e inclusivo, especialmente en las «Provincias del Sur», que simbolizan un Marruecos progresista. Se plantean diversas acciones, como la explotación inteligente de recursos, la modernización de infraestructuras y la mejora de servicios públicos, todo ello en línea con la prosperidad y equidad social.
El discurso real resalta la posición estratégica de Marruecos como puente entre continentes, con una extensa costa atlántica y una única posición en el Mediterráneo, lo que lo conecta con Europa y abre oportunidades en el espacio americano. Esto subraya su importancia como centro de interconexión entre culturas y economías.
La visión también destaca el potencial de la fachada atlántica, no solo como un lugar de paz y comunión humana, sino como un polo de integración económica y proyección continental e internacional. Marruecos aspira a valorar estratégicamente esta región, convirtiendo las costas del Sáhara en motores de integración económica mediante la modernización de la economía marítima y la promoción del turismo.
Para concretar esta visión, se requieren medidas prácticas, como la mejora de infraestructuras, la creación de una flota marítima competitiva y un enfoque en el turismo atlántico. Además, se fomenta un modelo económico marítimo basado en la exploración de recursos naturales marinos, la inversión en la pesca y la promoción de la economía azul y las energías renovables.
Estos ejes, cuidadosamente articulados en el discurso real, representan más que un conjunto de iniciativas; son el corazón de un desarrollo integral que es parte fundamental del futuro de un Marruecos moderno, inclusivo y orientado hacia el mañana. Al enfocarse en su fachada atlántica, Marruecos vislumbra un futuro donde economía y cultura avanzan de la mano, abriendo nuevas oportunidades de crecimiento y prosperidad para la nación.
Una dinámica de desarrollo integrado para el Sáhara
Para materializar esta visión, se requieren medidas pragmáticas y audaces, como el desarrollo óptimo y la conexión de todo el litoral atlántico, incluyendo el Sáhara. Esto incluye la finalización de infraestructuras y la implementación de sistemas de transporte y logística eficientes para estimular el comercio y la movilidad en esta franja costera. Además, se busca crear una flota marítima nacional sólida y competitiva, subrayando el papel de Marruecos en el comercio marítimo global. Se busca una sinergia entre la economía marina y el progreso socioeconómico de las provincias saharauis, asegurando que los beneficios económicos se distribuyan equitativamente y sean un recurso directo para las comunidades locales.
La estrategia también se centra en el turismo atlántico, destacando los activos naturales y culturales de la región y promoviendo a Marruecos como un destino costero y sahariano atractivo. Además, se enfatiza la creación de un modelo económico marítimo basado en la exploración de recursos naturales marinos, la inversión continua en la industria pesquera, el uso de la desalinización para la agricultura, la promoción de la economía azul y el apoyo a las energías renovables.
Estos ejes no solo son un conjunto de iniciativas; representan el núcleo de un desarrollo integral que traza el futuro de un Marruecos decidido a modernizarse, incluyendo a todos sus ciudadanos, y a mirar hacia adelante.
Dimensión africana de la política marroquí
Desde una perspectiva geopolítica en la que África configura nuevas dinámicas de poder y cooperación, el Rey Mohammed VI ha reiterado el compromiso de Marruecos con una estrategia de desarrollo integral que valora la franja costera atlántica. Esta región, a pesar de su potencial, está actualmente limitada por la falta de infraestructuras y la falta de inversión. El discurso real no solo reconoce estas deficiencias, sino que también propone iniciativas estructurales arraigadas en la lógica de la cooperación regional y la acción proactiva de Marruecos.
En el centro de estas propuestas destaca una política económica ambiciosa para la región del Sáhara. Su objetivo es aprovechar y explotar los recursos del litoral atlántico, estimulando una inversión significativa que impacte directamente en el desarrollo regional y la prosperidad de sus habitantes.
Por lo tanto, el Rey Mohammed VI, en su discurso, reafirma el compromiso de Marruecos de ser un actor principal en el escenario africano, abordando desafíos de seguridad y desarrollo en los estados del Sahel. Rechazando estrategias centradas únicamente en dimensiones militares, Marruecos aboga por una cooperación Sur-Sur muy amplia como base para unas soluciones realistas. Esta visión ambiciosa busca lograr una estabilización duradera de la región del Sáhara y el Sahel, alejándola de conflictos armados, terrorismo, delincuencia transfronteriza y trata de personas.
En este contexto de desarrollo y cooperación, surge el proyecto emblemático del gasoducto Marruecos-Nigeria. Esta iniciativa, vista como un impulsor de la integración regional y el desarrollo económico, promete tener un impacto positivo en las economías de los países ribereños y ofrecer una alternativa energética viable a Europa, marcando el comienzo de una nueva era de independencia energética africana.
Para consolidar estos esfuerzos y garantizar un futuro próspero y seguro, Marruecos aboga por la creación de un marco institucional que involucre a los estados atlánticos africanos, con 23 países colaborando para garantizar una seguridad colectiva y un desarrollo compartido en la región. Esto favorecería la seguridad y el desarrollo compartidos, marcando un renacimiento de la solidaridad panafricana frente a desafíos globales. Además, Marruecos se ofrece a facilitar el acceso de los estados sin litoral del Sahel al Atlántico a través de sus propias infraestructuras, en un espíritu de cooperación.
El discurso real presenta una visión que posiciona a Marruecos como un motor fundamental de la dinámica africana, deseoso de orquestar sinergias económicas y reconciliar las necesidades de seguridad en el Continente.
Por: Soufiane Ben Lazaar
07-11-2023