Las conversaciones entre Rabat y Washington sobre la compra de cazas furtivos F-35 avanzan a un ritmo positivo, según fuentes especializadas que señalan la proximidad de un acuerdo final. De concretarse, Marruecos se convertiría en el primer país del norte de África en disponer de aeronaves de quinta generación, un paso calificado como un “cambio estratégico” en el equilibrio militar regional.
De acuerdo con un informe del portal Africa Intelligence, especializado en asuntos militares y de inteligencia, las negociaciones han alcanzado una fase avanzada tras recibir Marruecos el aval oficial de Israel. Esta autorización responde a las exigencias de “Israel’s Qualitative Military Edge”, una ley estadounidense que garantiza la superioridad militar israelí en Oriente Medio antes de aprobar cualquier venta de armas a países de la región. Según las mismas fuentes, Tel Aviv no solo no ha planteado objeciones, sino que ha mostrado disposición a colaborar con Rabat en aspectos técnicos y de inteligencia, consolidando así un eje estratégico trilateral entre Marruecos, Estados Unidos e Israel.
La posible adquisición de los F-35 se enmarca en la estrategia de modernización de las Fuerzas Armadas Reales, que desde hace años buscan reforzar sus capacidades defensivas y tecnológicas. Este proyecto responde a la necesidad de adaptarse a un entorno regional marcado por un acelerado rearme, particularmente con Argelia, que continúa invirtiendo en sistemas antiaéreos y aeronaves rusas de última generación. Marruecos, por su parte, destinaría parte de su presupuesto de defensa —estimado en unos 16.000 millones de dólares para 2026— a financiar la compra, considerando que cada F-35A, versión destinada a las fuerzas aéreas, cuesta alrededor de 100 millones de dólares.
La integración de los F-35A, reconocidos por su diseño furtivo, sus capacidades de combate en red y su radio de acción superior a 1.200 millas náuticas, representaría una transformación cualitativa para la aviación marroquí. Para varios analistas, esta operación no se limita a un refuerzo militar, sino que encaja en una reconfiguración más amplia de los equilibrios estratégicos en el norte de África. Las fuentes consultadas apuntan a que el acuerdo podría estar acompañado de entendimientos geopolíticos entre Washington y Rabat, orientados a redefinir la arquitectura de seguridad estadounidense en la región y a consolidar el papel de Marruecos como socio clave en la estabilidad del Mediterráneo y el Sahel.
22/10/2025