El presidente de la Federación Real Marroquí de Fútbol (FRMF), Fouzi Lekjaa, dirigió un mensaje contundente a la selección nacional sub-17 antes de su participación en el Mundial de Catar 2025, instándolos a asumir una nueva mentalidad competitiva. Durante su encuentro con los jóvenes jugadores en el Complejo Mohammed VI de Maamora, Lekjaa subrayó que Marruecos debe dejar atrás la cultura de la satisfacción parcial: «Ya no somos este Marruecos que celebra las clasificaciones. No celebramos las clasificaciones, celebramos las victorias. Eso se acabó».
Sus palabras, pronunciadas con un tono firme, marcan un cambio en la narrativa deportiva nacional. Lekjaa recordó que la clasificación a un Mundial, antes considerada un hito, hoy debe ser vista como un paso natural para un país que se ha consolidado entre las potencias emergentes del fútbol. «Hace unas semanas, nuestra selección se clasificó al Mundial, y para los marroquíes fue algo normal, una evidencia», afirmó, destacando que el verdadero motivo de celebración es ganar títulos, no solo participar.
El dirigente evocó la euforia que se vivió recientemente con el triunfo continental de la selección sub-20, cuando más de un millón de marroquíes salieron a las calles para festejar, como ejemplo del impacto social que tienen las victorias. En ese sentido, llamó a los sub-17 a «defender con orgullo» el título africano y a proyectarse como los futuros protagonistas del Mundial de 2030. «Tenéis vuestra hoja de ruta. No hay milagros: hay que estar concentrados, ser generosos en su esfuerzo y luchar juntos. En el fútbol no gana quien camina en el campo», sentenció.
Paralelamente, el presidente federativo apeló también al espíritu de sacrificio, relatando que durante la final de los sub-20 frente a Argentina en Chile, la mentalidad del equipo fue clara: «Para que nos ganaran, tenían que matarnos a todos. Si quedábamos once y un portero, íbamos a ganar». Con esta metáfora de entrega total, Lekjaa busca instaurar una filosofía basada en la disciplina, la solidaridad y la ambición. Su mensaje, más allá de la arenga, refleja la transición del fútbol marroquí hacia una etapa en la que la excelencia se concibe no como una excepción, sino como una obligación nacional.
Abdelhalim ELAMRAOUI
21/10/2025