Por primera vez en la historia, la humanidad ha logrado observar los polos del Sol gracias a la misión Solar Orbiter, una nave de la Agencia Espacial Europea (ESA) que ha captado imágenes sin precedentes desde una órbita inclinada. Esta hazaña marca un antes y un después en el estudio del campo magnético solar, el ciclo de actividad del astro rey y su influencia en el clima espacial que impacta nuestras tecnologías en la Tierra.
Hasta ahora, todos los instrumentos y sondas espaciales observaban el Sol desde el plano eclíptico, la misma franja por la que orbitan la Tierra y los demás planetas. Pero Solar Orbiter ha roto esa barrera. En marzo de 2025 alcanzó una inclinación de 17 grados, permitiendo una nueva perspectiva sobre el polo sur solar. Las imágenes obtenidas revelan una actividad magnética caótica y compleja, justo en un momento crucial del ciclo solar, cuando el campo magnético se invierte y alcanza su máxima intensidad.
El logro ha sido posible gracias a un trío de instrumentos de alta precisión: PHI, que observa en luz visible y cartografía el magnetismo solar; EUI, que capta la atmósfera exterior del Sol en luz ultravioleta; y SPICE, que mide la luz emitida por elementos como el hidrógeno u oxígeno a distintas temperaturas. Este último ha permitido medir la velocidad del viento solar en regiones nunca antes observadas, aportando datos fundamentales para comprender cómo se originan las partículas que el Sol lanza al espacio y que pueden alterar satélites, redes eléctricas o sistemas GPS.
Uno de los hallazgos más relevantes es el estado del polo sur: el magnetismo no está claramente definido, con campos de polaridad mixta. Esta situación, que ocurre solo durante el máximo solar, permite estudiar en tiempo real cómo se reorganiza el campo magnético del Sol. Según los científicos, dentro de cinco o seis años se alcanzará el mínimo solar, momento en que la actividad será más baja y el campo más estable.
Pero este descubrimiento pareciera ser sólo el inicio, ya que en octubre de 2025 se espera la llegada del conjunto completo de datos del primer sobrevuelo polar. A lo largo de los próximos años, Solar Orbiter seguirá inclinando su órbita hasta alcanzar los 33 grados en 2029, lo que ofrecerá vistas aún más detalladas de los polos. La ESA y la NASA avanzan así hacia un nuevo paradigma de la ciencia solar, con el objetivo de predecir mejor las tormentas solares y proteger la infraestructura tecnológica que sustenta la vida moderna.
11/06/2025
María Angélica Carvajal









