Madrid está asumiendo un papel protagónico dentro de la Unión Europea, y más allá de ella, en la exigencia de un alto el fuego inmediato en Gaza, articulando una estrategia diplomática que combina presión política, sanciones dirigidas y un llamado a la acción internacional urgente. Bajo el liderazgo del presidente Pedro Sánchez y con el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, como principal portavoz, España ha iniciado una ofensiva diplomática sin precedentes contra el Gobierno de Israel, al que acusa de haber cruzado “el umbral de lo inhumano”.
El liderazgo español en Bruselas
España ha sido el primer país, hace practicamente un año, en proponer la suspensión del Acuerdo de Asociación UE–Israel, invocando su artículo 2, que condiciona la vigencia del tratado al respeto de los derechos humanos. “Desgraciadamente no encontramos la misma mayoría en Bruselas, pero empieza a ser consenso en la Unión Europea”, ha afirmado Albares, en una entrevista en vivo este 26 de mayo a RTVE, quien subraya que varios países han comenzado a alinearse con la postura española, tras meses de reticencias.
Cabe recordar que España e Irlanda fueron los primeros Estados en solicitar esta revisión. La semana pasada, otros 15 países se sumaron, obligando a la Comisión Europea a abrir una investigación sobre la legalidad del acuerdo a la luz de las violaciones de derechos humanos en Gaza.
Pero esta vez, el ministro español ha ido más lejos y ha propuesto sanciones individuales contra colonos israelíes violentos y otros actores que dificultan la solución de los dos Estados. España ha elaborado ya una lista de 13 personas, la cual “debería ampliarse”, en palabras del propio Albares. Esta lista fue acogida por el Consejo Europeo como base para sanciones a nivel comunitario.
Igualmente, Albares ha pedido un embargo europeo a la venta de armas a Israel, matizando que no incluye la compra. “Soy más modesto, me conformo con un embargo de armas a Israel”, ha declarado en una entrevista con RTVE. Y ha sido tajante: “Oriente Medio lo último que necesita son armas para Israel”.
Este planteamiento se enmarca en una visión más amplia que busca poner fin a lo que el ministro define como una “guerra injusta, cruel e inhumana”. «Hay que ser valientes, tomar medidas», ha declarado Albares. “El embargo a la venta de armas a Israel es una de ellas”, afirmó, junto con la urgencia de avanzar hacia “la única solución posible, que es un Estado palestino realista y viable que conviva en buena vecindad con Israel”.
Uno de los puntos más controvertidos de la política israelí, según España, es el control sobre la entrada de ayuda humanitaria. “Israel no puede ser quien decide cuándo entra, cómo entra, qué cantidades, a quién se le distribuye algo tan esencial como los alimentos. Hay una hambruna inducida, digámoslo claramente”, ha denunciado Albares. “Los gazatíes no tienen que depender de la caridad o de la buena voluntad de Israel, tienen derecho a la alimentación. Es un derecho humano básico”, subrayó, añadiendo que “retener la ayuda humanitaria básica está tipificado dentro de los delitos que constituyen genocidio”.
En línea con esta acusación, España se ha sumado formalmente a la causa presentada por Sudáfrica ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, que investiga un posible genocidio en Gaza.
Diplomacia activa
Este domingo, Madrid acogió una importante cumbre diplomática con representantes de más de 20 países, incluidos miembros del Grupo de Madrid, naciones musulmanas y latinoamericanas como Brasil. El objetivo: coordinar una salida diplomática a la guerra en Gaza y aumentar la presión internacional sobre Israel.
Durante el encuentro, Albares expresó la firme voluntad española: “No nos vamos a resignar a que la violencia sea la forma natural de relacionarse entre israelíes y palestinos. Esta tiene que ser la última guerra”. Y añadió: “Pedimos la suspensión del acuerdo UE-Israel, sanciones individuales, el embargo en la venta de armas. Ahora pedimos a los demás que se sumen; cuantos más seamos, más eficaces serán las medidas”.
La cita internacional en Madrid anticipa otro encuentro clave: a partir del 18 de junio, la ONU celebrará en Nueva York una conferencia copresidida por Francia y Arabia Saudita, donde España propondrá un reconocimiento general del Estado palestino. “La comunidad internacional debe ahora actuar con la urgencia y seriedad que exige una declaración de ese calibre”, reclamó desde Madrid el primer ministro de la Autoridad Nacional Palestina, Mohamed Mustafá.
La ofensiva diplomática española cuenta con el respaldo total del jefe del Ejecutivo. Desde Estambul, donde presidió el Consejo de la Internacional Socialista, Pedro Sánchez declaró: “La situación actual en Gaza es inaceptable y no nos vamos a callar”. Y reiteró: “Defender la justicia humanitaria no va contra nadie”, subrayando que “la paz no se puede conseguir a través de la fuerza” y que “Gaza pertenece y seguirá perteneciendo a los palestinos”.
Sánchez también anunció que España promoverá una resolución en la ONU para exigir a Israel el acceso completo y sin restricciones de la ayuda humanitaria, en consonancia con su línea de acción moral y jurídica.
Hacia un nuevo equilibrio diplomático
De esta manera, España parece decidida a liderar una nueva narrativa sobre Oriente Medio dentro de Europa, una que coloque los derechos humanos, el derecho internacional y la coherencia diplomática como pilares de acción. En palabras de Albares: “El mismo derecho a la paz y la seguridad que tiene el pueblo de Israel, lo tiene el pueblo palestino”.
Aunque la resistencia dentro de la UE, especialmente por parte de Alemania e Italia que han mantenido su apoyo a Israel, ha ralentizado algunas decisiones, España no se resigna. Como ha recordado el ministro: “Hay países europeos que no ven o no quieren ver que lo que ocurre en Ucrania, por los mismos principios y las mismas razones, es exactamente igual a lo que está ocurriendo en Gaza, y que por lo tanto tenemos que decir y hacer, como hace España, exactamente lo mismo”.
El mensaje es claro: España no quiere ser un espectador de la tragedia, sino un actor decisivo en su solución. El tiempo dirá si logra arrastrar a sus socios europeos en una dirección más firme, pero por ahora, Madrid ha dejado claro que la indiferencia ya no es una opción.
26/05/2025
María Angélica Carvajal









