Durante una sesión ejecutiva del Parlamento Panafricano celebrada en Casablanca, el senador nigeriano Jimoh Ibrahim reafirmó el firme compromiso del presidente Bola Tinubu con el megaproyecto del gasoducto Nigeria-Marruecos, valorado en 25.000 millones de dólares. Este ambicioso corredor energético, que ha sido elevado a la categoría de prioridad nacional por el gobierno de Abuja, se perfila como una de las piezas clave para la integración energética y económica de África Occidental.
Tinubu y la reactivación de la agenda energética continental
El senador Ibrahim subrayó que el presidente Tinubu está decidido a relanzar todos los grandes proyectos energéticos anteriormente abandonados, dando un protagonismo particular al gasoducto transcontinental. Con una capacidad proyectada de 30.000 millones de metros cúbicos de gas natural al año y una extensión de 5.660 kilómetros, esta infraestructura conectaría a 13 países africanos, desde Nigeria hasta Marruecos, atravesando Benín, Togo, Ghana, Costa de Marfil y otras naciones del litoral atlántico.
Actualmente, el proyecto se encuentra en una fase de estudios de factibilidad y planificación del trazado definitivo. Aunque la decisión final de inversión estaba prevista para 2023, fuentes nigerianas confirmaron su aplazamiento hasta 2025, reflejo de la complejidad técnica, financiera de una obra de esta magnitud. Paralelamente, se mantienen intensas consultas técnicas y diplomáticas entre los países involucrados para definir el modelo de financiación y los mecanismos de ejecución.
Impacto económico y liderazgo energético
El gasoducto va mucho más allá de una infraestructura de transporte de energía: se proyecta como un motor de desarrollo regional. Su ejecución podría generar miles de empleos directos e indirectos, dinamizar las industrias locales y acelerar la transición energética en una región históricamente dependiente de combustibles fósiles importados. Para Nigeria, primer productor de gas del continente, representa una plataforma para consolidar su influencia energética en África y ampliar sus capacidades de exportación más allá de sus actuales rutas hacia Europa y Asia.
En ese sentido, el gobierno nigeriano está movilizado para sortear las barreras administrativas y jurídicas que podrían ralentizar el inicio de las obras. El presidente del Senado, Godswill Akpabio, lidera actualmente una iniciativa legislativa orientada a remover los obstáculos normativos y facilitar la implementación del proyecto.
Visas, movilidad y cooperación bilateral
En su intervención, el senador Ibrahim también propuso una exención de visado para ciudadanos nigerianos, especialmente para empresarios e inversores vinculados al megaproyecto, como vía para fortalecer los intercambios económicos y profundizar la cooperación bilateral.
Un proyecto que redefine la cooperación sur-sur
El gasoducto Nigeria-Marruecos, uno de los más ambiciosos del continente africano, encarna la visión de una África más integrada, resiliente y autosuficiente en el ámbito energético. Su culminación no solo reconfiguraría el mapa energético de África Occidental, sino que también consolidaría la asociación estratégica entre dos de las economías más dinámicas del continente: Nigeria y Marruecos. En un momento de creciente competencia geopolítica por los recursos energéticos, este proyecto puede convertirse en un símbolo de soberanía y cooperación africana en clave sur-sur.
23/05/2025









