En un contexto global marcado por la urgencia climática y el agotamiento de los recursos naturales, Marruecos emerge como un actor decidido a transformar su modelo económico hacia uno más sostenible, inclusivo y bajo en carbono. Esta ambición se cristaliza en iniciativas como la Semana de la Sinergia Verde 2025, cuyo evento central, el Carrefour Verde, se inauguró este lunes 19 de mayo en Rabat.
Organizado en conjunto por el Ministerio de la Transición Energética y del Desarrollo Sostenible y la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI), el foro reunió a representantes del sector público, privado, sociedad civil y expertos internacionales. El objetivo no era menor: identificar mecanismos concretos para acelerar la transición hacia una economía circular, generadora de empleos verdes y protectora de los ecosistemas.
Desde el inicio, el tono fue claro. Zakaria Hachlaf, secretario general del ministerio anfitrión, subrayó el papel de Marruecos como laboratorio de soluciones sostenibles en África, destacando la creación de la Academia Regional del programa PAGE, que reunirá a diversos actores del continente del 21 al 23 de mayo. “La economía verde no es una opción, es la única vía viable frente a la crisis ambiental. Permite combatir la pobreza, mejorar la competitividad y fortalecer la resiliencia de nuestras economías”, afirmó Hachlaf, haciendo énfasis en el liderazgo del Reino bajo la visión del Rey Mohammed VI.
Desde el ámbito industrial, Youssef Fadil, director general de Industria, presentó la estrategia de descarbonización del tejido productivo marroquí. Su enfoque gira en torno a tres ejes: eficiencia energética, reducción de emisiones en la industria e innovación tecnológica. Destacó además proyectos en zonas industriales que apuestan por el reciclaje, el tratamiento de aguas y la integración de energías renovables, todo apoyado por un fondo de innovación enfocado en la investigación verde.
La perspectiva internacional también estuvo presente. Mathilde Ceravolo, jefa de sección de Economía y Medio Ambiente de la Delegación de la Unión Europea en Marruecos, enmarcó este encuentro dentro del Partenariado Verde entre Marruecos y la UE, lanzado en 2022. Según Ceravolo, esta colaboración se orienta a construir un modelo de desarrollo que combine prosperidad económica con justicia ambiental, destacando el papel catalizador del sector privado y la sociedad civil en ese proceso.
Por su parte, Sanae Lahlou, representante de la ONUDI en Marruecos, puso de relieve la dimensión multisectorial del programa PAGE, impulsado por cinco agencias de Naciones Unidas y financiado por actores como la Unión Europea, Flandes y los Emiratos Árabes Unidos. “Estamos trabajando en marcos legales para sectores clave como el agua y la energía verde, además de ofrecer asistencia técnica, formación y estudios sectoriales que refuercen las capacidades locales”, afirmó.
Los debates del primer día incluyeron paneles sobre resiliencia económica, cooperación internacional y financiamiento climático, todos orientados a sentar las bases para una transición justa y estructurada. El punto culminante será la Academia Regional de PAGE, enfocada en cómo financiar esa transformación sin dejar a nadie atrás.
El reconocimiento internacional tampoco se ha hecho esperar. Marruecos ha sido clasificado en el octavo puesto mundial del Índice de Desempeño Climático 2025, lo que confirma el impacto tangible de sus políticas públicas y refuerza su posición como referente regional en materia de desarrollo sostenible.
Más allá del simbolismo, esta apuesta verde marroquí representa una hoja de ruta pragmática para un continente que busca conciliar crecimiento económico con protección ambiental. Marruecos no solo se alinea con las metas globales de desarrollo, sino que ofrece, desde África, un modelo operativo de transición ecológica realista y eficaz.
19/05/2025









