Marruecos continúa ganando protagonismo en la industria automotriz mundial y, en particular, dentro de la estrategia africana del gigante Stellantis. El grupo franco-italo-estadounidense ha dado un paso más en su consolidación en el país magrebí al anunciar el inicio de la producción de motores en su planta de Kenitra, un hito que marca la madurez industrial del sitio inaugurado hace apenas seis años.
La nueva línea de ensamblaje de motores, inaugurada oficialmente con una ceremonia SOP (Start of Production) la semana pasada, refuerza la vocación del complejo como plataforma de producción integral. Hasta ahora, el sitio se especializaba en la fabricación de vehículos, mini-vehículos eléctricos como el Citroën Ami, Fiat Topolino y Opel Rocks-e, además de unos 1.000 robots AGV al año. Con la incorporación de la producción de motores, Stellantis eleva el perfil estratégico de Kenitra en su red global.
“Después de largas jornadas de trabajo, sacrificios y desafíos superados, hemos alcanzado una nueva etapa histórica en Marruecos: el lanzamiento de la producción de motores”, celebró Youssef Dbich, responsable del taller de motores, en sus redes sociales. Lo acompañaba en la foto el director de la planta, Mounir Kharbouche, sosteniendo con orgullo uno de los primeros motores ensamblados.
El crecimiento de la fábrica marroquí ha sido meteórico. Desde su apertura en junio de 2019, la planta ha duplicado su capacidad de producción, alcanzando las 400.000 unidades anuales, más 50.000 mini-vehículos eléctricos adicionales. A esto se suma un taller de pintura capaz de tratar 30 carrocerías por hora y un taller de robots AGV con una capacidad de producción de 60 unidades por hora. Todo ello forma parte de una inversión total de 300 millones de euros que Stellantis destinó hace más de dos años para fortalecer su presencia en el continente africano.
La estrategia del grupo no se limita a Marruecos. Stellantis también ha desarrollado proyectos en Egipto Sudáfrica y otros países del continente con el objetivo declarado de convertir África en su “tercer motor económico”, tal como lo expresara su CEO, Carlos Tavares. Sin embargo, es en Marruecos donde se ha consolidado su principal base industrial africana, gracias a la estabilidad política, la proximidad con Europa y un entorno favorable para la inversión.
Esta transformación no ha pasado desapercibida en España. La planta de Vigo, una de las más importantes de Stellantis en Europa, observa con inquietud el ascenso de su par marroquí. La competencia directa ha generado tensiones entre sindicatos y autoridades locales gallegas, que temen una progresiva deslocalización de inversiones hacia el sur del Mediterráneo.
Kenitra no solo simboliza la ambición industrial de Marruecos, sino también una redistribución de fuerzas dentro del mapa automovilístico del grupo. La capacidad tecnológica, la formación de mano de obra y la eficiencia operativa han convertido a esta planta en una referencia dentro de Stellantis. Y aunque aún no se han revelado las cifras previstas de producción de motores, todo apunta a que el sitio seguirá ampliando su rol estratégico en los próximos años.
19/05/2025









