La vibrante escena literaria de la diáspora marroquí y su papel como embajadora cultural fueron protagonistas en el Salón del Libro de Escritores Franco-Marroquíes, celebrado en la Fundación Casa de Marruecos en París. El evento, bajo el lema «El Marruecos del libro», fue organizado por la asociación «Transferencias y Competencias» en colaboración con el Consulado General del Reino en Villemomble y el apoyo de la Fundación Hassan II para los Marroquíes Residentes en el Extranjero.
La cónsul general de Marruecos en Villemomble, Sabah Ait El Bachir, inauguró el salón destacando que este encuentro «celebra mucho más que la literatura; honra el diálogo entre ambas orillas, el poder de las palabras que unen Marruecos y Francia, y la voz única de nuestros escritores, verdaderos embajadores de nuestro patrimonio cultural». Ait El Bachir expresó su deseo de que los libros expuestos «continúen irradiando más allá de esta jornada, llevando consigo nuestra identidad plural y nuestro apego a la convivencia».
El poeta Kaisse Ben Yahya, actualmente asesor en el Gabinete Real, fue el invitado de honor. Ben Yahya, quien previamente desarrolló su carrera en los ámbitos científico y financiero, compartió con la audiencia extractos de su obra «Patch-words II: El amor en versos». En sus declaraciones, el poeta se mostró honrado por la invitación y afirmó que los escritores son los «portaestandartes de nuestra cultura, valores e historia», los más indicados para difundirla por el mundo. Para Ben Yahya, el francés es una lengua «agradable, hermosa y portadora de modernidad», mientras que el árabe, la lengua de su identidad, transmite «una profundidad y misticismo que otras lenguas no pueden comunicar».
Moha Taourirte, director de la Fundación Casa de Marruecos, describió el salón como «un homenaje y un reconocimiento a la valiosa contribución de nuestros autores en el extranjero». Sus obras, según Taourirte, «enriquecen la escena literaria y transmiten un poderoso mensaje de apertura, diálogo y universalidad». El libro, afirmó, sigue siendo un «vector fundamental» para la transmisión del conocimiento y la construcción de puentes entre generaciones, países y memorias.
Roukia Diane, directora del salón, explicó que la iniciativa busca «alentar a los escritores marroquíes provenientes de la migración». El evento incluyó dos mesas redondas sobre el rol de estos escritores en la difusión de la cultura marroquí, además de debates sobre la creación literaria en la diáspora, moderados por el académico Mohamed Mraizika.
La selección de libros expuestos reflejó la riqueza y diversidad de la literatura marroquí en la diáspora, con una notable presencia femenina. Destacó el proyecto «La Travesía», un libro colectivo que reúne a 23 escritoras marroquíes de Europa y Canadá. Khadija Amiti, directora del proyecto, explicó que el libro explora las experiencias migratorias de estas mujeres a través de tres preguntas: «¿Cómo emigraste? ¿Por qué escribes? ¿Y cómo escribes?». Para Fatema Binet Ouakka, una de las escritoras participantes, «escribir sola es como gritar al viento, pero escribir con otras mujeres es tejer un manto de emociones compartidas».
El salón también rindió homenaje póstumo al periodista Khalid Jamaï. La ceremonia de apertura contó con lecturas poéticas y actuaciones musicales, incluyendo a Fatima Chbibane Bennaçar, Zakia Laaroussi y el invitado de honor, Kaisse Ben Yahya.
19/05/2025









