El presidente ruso propone negociaciones directas con Ucrania sin un cese al fuego previo, en un movimiento que busca romper la unidad occidental y ganar tiempo en el campo de batalla.
En un discurso calculado al milímetro, el presidente ruso Vladimir Putin ha lanzado una nueva ofensiva diplomática al proponer negociaciones directas con Ucrania en Estambul para el próximo 15 de mayo. Sin embargo, la oferta llega con letra pequeña: Putin descarta un cese al fuego previo, exigencia innegociable para Kiev y sus aliados occidentales.
La propuesta rusa, anunciada tras una jornada de intensa actividad diplomática en Moscú con motivo del Día de la Victoria, busca presentarse como una iniciativa de paz ante la comunidad internacional, al tiempo que desactiva la presión occidental por nuevas sanciones.
La negativa a un alto el fuego inmediato, que Putin justifica por las supuestas violaciones ucranianas a treguas anteriores, pone de manifiesto la falta de voluntad real de Moscú para buscar una salida negociada al conflicto. Para el Kremlin, el diálogo solo tiene sentido si sirve para consolidar sus conquistas territoriales y debilitar al gobierno ucraniano.
La propuesta de Putin llega apenas 24 horas después de que Ucrania y sus aliados europeos exigieran un cese al fuego «completo e incondicional» de 30 días, bajo amenaza de imponer nuevas sanciones a Rusia. La coincidencia en el tiempo no parece casual, y apunta a una estrategia rusa para romper la unidad occidental y ganar tiempo en el campo de batalla.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, ha calificado la propuesta rusa como un «signo positivo», pero ha insistido en que el cese al fuego es un requisito indispensable para iniciar cualquier tipo de diálogo. La comunidad internacional observa con cautela los movimientos de Moscú, consciente de que la paz en Ucrania sigue siendo una meta lejana mientras Putin se niegue a abandonar la lógica de la guerra.
11/05/2025