El recién estrenado Ministro del Interior alemán, Alexander Dobrindt, ha anunciado la puesta en marcha de una política de devoluciones en frontera para inmigrantes sin la documentación requerida. Esta medida, anunciada a pocas horas de su toma de posesión, busca frenar lo que el gobierno de Friedrich Merz denomina «inmigración clandestina» y cumple una de las promesas electorales clave del partido conservador CDU/CSU, que llevó a Merz a la cancillería en las elecciones de febrero.
Si bien la orden ministerial busca endurecer el control migratorio, Dobrindt especificó que la medida no afectará a los «grupos vulnerables», entre los que se incluyen menores y mujeres embarazadas. Este matiz, sin embargo, no aplaca la controversia que previsiblemente generará la nueva directriz, especialmente considerando el contexto europeo actual y el debate sobre la responsabilidad compartida en la gestión de los flujos migratorios.
La decisión de Dobrindt revoca una directiva de 2015, promulgada durante el punto álgido de la crisis migratoria, cuando Alemania acogió a más de un millón de refugiados, principalmente de Siria y Afganistán. El endurecimiento del discurso antiinmigración, utilizado con éxito por Merz durante la campaña electoral, parece ser el motor de este cambio radical en la política migratoria alemana.
Según informes de la prensa alemana, la nueva política se verá acompañada de un refuerzo en los controles fronterizos y un aumento de la presencia policial. Esto plantea interrogantes sobre la capacidad de las autoridades para gestionar eficazmente estas devoluciones y sobre el respeto a los derechos fundamentales de los inmigrantes, incluso aquellos que no se consideren pertenecientes a «grupos vulnerables».
El anuncio de Dobrindt abre un nuevo capítulo en la política migratoria alemana, marcado por un enfoque más restrictivo. Queda por ver el impacto real de estas medidas, tanto a nivel nacional como en el conjunto de la Unión Europea, y si el gobierno de Merz logrará equilibrar la seguridad fronteriza con el respeto a los derechos humanos en un contexto migratorio complejo y en constante evolución. Además, se abre el debate sobre las posibles consecuencias de externalizar el control migratorio y la presión que esto podría ejercer sobre los países vecinos de Alemania.
Abdelhalim ELAMRAOUI
08/05/2025









