El Congreso de los Diputados español debate este jueves el real decreto ley presentado por el Gobierno para hacer frente a los aranceles impuestos por Estados Unidos, y lo hará con el portazo definitivo del Partido Popular. La formación que lidera Alberto Núñez Feijóo ha confirmado su voto en contra tras el fracaso de la reunión mantenida el miércoles entre su vicesecretario de Economía, Juan Bravo, y el ministro de Economía, Carlos Cuerpo.
Un encuentro que, según fuentes populares, terminó “peor de lo que empezó” y en el que acusaron al Ejecutivo de no presentar “ninguna propuesta concreta” para cambiar el sentido de su voto. Con esta decisión, el PP se convierte en el único gran grupo parlamentario en desmarcarse del consenso que el Gobierno ha intentado tejer con otras fuerzas para aprobar un paquete de ayudas de más de 7.700 millones de euros.
Según medios locales, la negativa popular se basa en su rechazo al texto actual, al que consideran “insuficiente” y carente de medidas fiscales, de competitividad y de incentivos reales a las empresas afectadas. Exigían, además, la creación de un fondo nacional con lo recaudado por los aranceles, una bajada de cotizaciones sociales y, como condición destacada, la protección de las centrales nucleares.
Desde el Ejecutivo, la respuesta ha sido contundente. El presidente Pedro Sánchez ha criticado la “oposición destructiva” del PP y su “sumisión a intereses particulares”, asegurando que la negativa del principal partido de la oposición representa un ataque directo al tejido productivo español. “Han antepuesto la voluntad de determinadas grandes empresas a la prosperidad de la economía española”, ha denunciado Sánchez en una carta dirigida a la militancia socialista con motivo del Día Internacional del Trabajo.
La tensión política se trasladó también a las calles durante las manifestaciones del 1 de mayo. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, acusó al PP de “actuar como portavoz de las grandes energéticas” y de bloquear un plan destinado a proteger a miles de empresas exportadoras y millones de empleos. “No se entiende que pidan alargar la vida de las nucleares como condición para apoyar medidas económicas urgentes”, reprochó Montero, quien recordó que el decreto incluye ayudas directas para paliar el impacto del conflicto comercial con EE.UU.
El ministro Cuerpo ha mantenido contactos con otros grupos parlamentarios, como ERC, Bildu, PNV o Junts, en una ronda de diálogo que desde el Ministerio califican como “productiva y positiva”. Todos ellos han mostrado disposición a seguir colaborando en el diseño de las siguientes fases del Plan de Respuesta, con especial atención a las medidas impulsadas por ICEX en colaboración con las comunidades autónomas. El aislamiento del PP, que no aceptó continuar las conversaciones, ha sido interpretado por el Gobierno como un intento de boicot político con costes económicos directos para el país.
Por su parte, desde el PP aseguran que el Ejecutivo “no ha querido moverse” y que “prefiere rechazar nuestras propuestas antes que proteger de verdad a las empresas”. En su manifiesto del Día del Trabajador, Feijóo ha reivindicado un nuevo modelo laboral “más ambicioso” y ha denunciado la desconexión entre los discursos gubernamentales y la realidad que viven millones de españoles. A su juicio, el decreto es otro ejemplo del “triunfalismo sin soluciones” del Gobierno.
El desenlace se conocerá al final de la tarde del jueves, cuando el decreto se somete a votación con la incógnita de si las alianzas alternativas tejidas por el Ejecutivo serán suficientes para convalidarlo sin el respaldo del PP. Lo que ya es seguro es que la principal fuerza de la oposición ha decidido no formar parte del acuerdo, manteniendo una línea de confrontación que el Gobierno considera “ideológica, regresiva y alejada del interés general”.
01/05/2025









