Pese al curso de las conversaciones diplomáticas, la guerra en Ucrania no da señales de amainar. Los ataques continúan, las posiciones se endurecen y el tiempo, según ha advertido la Casa Blanca, se agota. El reciente giro en la postura de Estados Unidos, que ha insinuado una retirada del proceso de mediación si no se logran avances significativos a corto plazo, ha añadido una nueva dosis de presión a unas negociaciones ya marcadas por profundas discrepancias.
El presidente estadounidense, Donald Trump, ha declarado su optimismo respecto a un posible acuerdo de paz, destacando la disposición de Moscú a no reclamar la totalidad del territorio ucraniano como una concesión significativa. Sin embargo, esta lectura contrasta con la realidad sobre el terreno: los bombardeos rusos sobre Kiev continúan, y el último ataque masivo ha vuelto a generar preocupación en la comunidad internacional.
En declaraciones a los medios, Trump calificó dichos ataques como “innecesarios” y “mal sincronizados”, aunque evitó condenas más severas. Paralelamente, subrayó que su única prioridad es “detener la guerra” y proteger vidas humanas, y afirmó que su administración mantiene presión sobre Moscú para acelerar el proceso de negociación.
Dentro de las negociaciones, uno de los aspectos que ha generado mayor debate es la aparente disposición de Rusia a abandonar la idea de controlar todo el territorio ucraniano. Esta señal ha sido interpretada por Trump como un gesto positivo. No obstante, la realidad es que Moscú aún mantiene el control de aproximadamente el 20% del país, incluida la península de Crimea, anexionada en 2014 en un acto no reconocido por la comunidad internacional.
Ante esta situación, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha reiterado que Ucrania no aceptará ningún acuerdo que implique la cesión formal de territorio. “Nuestra soberanía e integridad territorial no son negociables”, sostuvo su jefe de gabinete, Andriy Yermak, tras una reunión de alto nivel en Londres con el enviado especial de Trump, Keith Kellog, cuyas declaraciones fueron publicadas en la BBC.
Asimismo, El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, se desmarcó ligeramente de esta postura al señalar en una entrevista el medio londinense que, para lograr una paz temporal, podría contemplarse la cesión de territorio “de forma injusta, pero quizás necesaria”. Una declaración que ha generado división dentro del liderazgo político ucraniano, reflejando la complejidad interna del proceso negociador.
En medio de estas diferencias, Estados Unidos ha comenzado a establecer plazos. El vicepresidente JD Vance advirtió que si no se alcanzan acuerdos concretos en el corto plazo, Washington podría retirarse como mediador. “Hemos esperado mucho tiempo”, indicó Trump, quien dejó entrever que la paciencia de su administración se encuentra cerca del límite.
Además, la relación entre Trump y Zelenski ha mostrado signos de deterioro. El mandatario estadounidense ha criticado al líder ucraniano por “entorpecer” el proceso de paz con su negativa a reconocer la soberanía rusa sobre Crimea, afirmando que dicho territorio “ya no forma parte del debate actual”. Estas declaraciones han causado inquietud en varias capitales europeas, donde se teme que un eventual acuerdo bajo presión pueda implicar una consolidación de hechos consumados en favor de Rusia, debilitando así los principios del derecho internacional y sentando un precedente peligroso.
De esta manera, el proceso de paz entre Ucrania y Rusia se desarrolla en un contexto profundamente contradictorio: mientras se negocia, se combate; mientras se habla de concesiones, se consolidan ocupaciones. La advertencia de Estados Unidos sobre una posible retirada del proceso diplomático añade un elemento de urgencia que podría forzar decisiones complejas e impopulares. No obstante, cualquier resolución duradera requerirá no solo voluntad política, sino un respeto inequívoco por la soberanía y el derecho internacional. El tiempo apremia, pero la paz, si ha de llegar, no puede construirse sobre la imposición ni el desgaste para ser duradera.
25/04/2025
María Angélica Carvajal