
El líder del partido islamista tunecino «Ennahdha», Rached Ghannouchi, fue condenado ayer lunes a un año de prisión por un tribunal de Túnez especializado en casos de terrorismo.
Según medios locales, el expresidente del parlamento disuelto, fue condenado a un año de prisión y mil dinares (unos 320 dólares) de multa en el caso de una denuncia que lo acusaba de haber tratado a las fuerzas de seguridad de «tiranos».
Principal figura de la oposición en Túnez, Ghannouchi fue arrestado el 17 de abril y puesto bajo orden de arresto tras unas declaraciones en las que afirmaba que Túnez estaría amenazado con una «guerra civil», en caso de eliminación de los grupos políticos de izquierda o del Islam político como Ennahda. Los problemas de Rached Ghannouchi, tanto con el poder como con la justicia, se han multiplicado desde el 25 de julio de 2021.
En julio de 2022, también fue interrogado por sospechas de corrupción y blanqueo de capitales vinculados a transferencias de fondos desde el extranjero a una organización benéfica afiliada a Ennahda. A principios de febrero, Túnez experimentó una serie de detenciones de políticos, opositores, activistas de la sociedad civil, responsables de medios de comunicación y sindicalistas, lo que provocó una ola de indignación de varias ONG en defensa de los derechos humanos.
Estas detenciones, denunciadas a nivel local e internacional, estaban dirigidas a destacadas figuras políticas del Frente de Salvación Nacional y su principal componente, el partido islamista Ennahdha. Human Rights Watch (HRW) denunció los intentos de «desmantelar» el partido tunecino «Ennahda», pidiendo el fin de las represalias contra el movimiento islamista y la liberación de todos los «detenidos arbitrariamente» a raíz de esta ofensiva.
En un comunicado, la oficina de HRW en Túnez deploró la intensificación de la ofensiva contra los opositores políticos en Túnez y los esfuerzos de las autoridades para neutralizar a Ennahda, el mayor partido político del país.
16-05-2023