
Bajo el título «El Marruecos de hoy y el triángulo España-Marruecos-Argelia en un contexto de triple crisis», el instituto de investigación del Partido Socialista Obrero Español concluye que es difícil esperar a medio y corto plazo una solución política y diplomática entre Argelia y España, recordando que la nueva posición del Gobierno de Pedro Sánchez sobre la cuestión del Sáhara, los equilibrios en la región tienden a desembocar en un conflicto que «con toda seguridad dará lugar a nuevos conflictos diplomáticos en el futuro».
El estudio emitido ayer jueves por la «Fundación Alternativas» que arroja luz sobre múltiples cuestiones regionales y el expediente del Sáhara, la energía (hidrocarburos, fosfatos y renovables) y las relaciones comerciales o geopolíticas entre los tres países (Marruecos, España y Argelia), dijo que España en 2022 entró en lo más profundo del conflicto entre Rabat y Argelia.
La decisión tomada por el gobierno socialista se consideró una ruptura con lo que el estudio elaborado por Alfonso Casani, profesor de la Universidad Complutense de Madrid, y Beatriz Tomé, profesora del Departamento de Ciencia Política de la UNED, describía como «neutralidad activa tradicional» en las relaciones de España con Argelia y Marruecos.
Los analistas señalaron que la misma neutralidad, en la que siempre se ha esperado a España, le permitió buscar equilibrios que garantizaran sus intereses a expensas de ambas partes, ya estuviera relacionado con intereses energéticos con Argelia o relacionados con inmigración y seguridad con Marruecos, según el informe que detalla las consecuencias de la decisión de Sánchez.
Por otro lado, los expertos subrayan en el estudio que la decisión de Sánchez estuvo motivada por el deseo desenfrenado de su Gobierno de mejorar las relaciones con su vecino del sur, Marruecos, que manifestó su rechazo absoluto a recibir al líder del Frente Polisario, Ibrahim Ghali, en España, además del afán del Gobierno español por reducir la presión migratoria que amenaza las fronteras y su desenfrenado afán también por potenciar la percepción de estabilidad en las fronteras del sur de Europa a cambio del estado de inestabilidad en las fronteras del este de la Unión Europea. Sin embargo, esta decisión también provocó, según la misma fuente, la ruptura de relaciones con Argelia y el rechazo casi colectivo del resto de fuerzas políticas.
El estudio español consideró que los resultados directos de la decisión del Gobierno español, a nivel nacional e internacional, comenzaron a verse claramente a través de la firma de una serie de acuerdos y cosechando frutos de cooperación, quizás el más importante de los cuales es la celebración de una reunión de alto nivel entre España y Marruecos en febrero.
También, los expertos consideraron que los resultados de esta reunión de alto nivel que reunió a Marruecos y España siguen manteniendo un alto grado de «incertidumbre», señalando que «se han constituido ocho grupos de trabajo y de seguimiento, pero se desconoce su contenido y finalidad, mientras que las dos partes aún no han podido fijar una fecha para la reapertura de las aduanas de Ceuta y Melilla, que es uno de los temas que mayor interés suscita”.
La misma fuente cree que las relaciones con Marruecos están entrando en una nueva fase de cooperación conjunta, que «no ha estado exenta de concesiones» en un momento en el que las mismas relaciones siguen amenazadas por un conjunto de elementos de tensión, especialmente relacionados con el tema de la integridad territorial de Marruecos y su posición sobre Ceuta y Melilla, al considerar que esta última aún no constituye un escollo en las relaciones entre España y Marruecos, coincidiendo con el aplazamiento de la esperada apertura de aduanas con estas dos ciudades y lo relacionado con temas de inmigración.
28-04-2023