
La embajada de Costa de Marfil ha albergado a 55 ciudadanos de su comunidad en Túnez después de que fueran expulsados de sus hogares tras el anuncio del gobierno del presidente Kais Saied de tomar medidas contra los inmigrantes ilegales, dijo ayer miércoles a la AFP un diplomático de la embajada.
“Ambos nos sentimos abrumados, pero ayer pudimos albergar a 55 personas, incluidas al menos 4 mujeres con niños pequeños”, dijo el diplomático.
La embajada decidió alquilar «un edificio completo con diez apartamentos amueblados», según el diplomático.
Algunos de los migrantes acamparon el martes frente a su embajada, a la espera de ser registrados para ser evacuados a su país, según corresponsales de AFP. Sin embargo, lo que dificulta la puesta en marcha de los vuelos de evacuación “son las multas que deben pagar las personas que han superado el periodo legal de residencia”, según la fuente.
Las autoridades de Costa de Marfil anunciaron que habían iniciado los trámites para la evacuación de unas 500 personas. «Lo más urgente es salvar vidas y prevenir lesiones», dijo el portavoz del gobierno de Costa de Marfil, Amadou Coulibaly.
A su vez, las autoridades de Guinea informaron el miércoles que habían evacuado a 50 de sus nacionales en Túnez. Y la presidencia guineana aseguró, en un comunicado, que la canciller Morisanda Kouyaté había ido a Túnez en un avión fletado por la junta militar en el poder, “para ir de urgencia a ayudar a los guineanos”.
El presidente tunecino, Kais Saied, subrayó la semana pasada que se deben tomar «medidas urgentes» para frenar el flujo de inmigrantes ilegales del África subsahariana a su país, subrayando que este fenómeno conduce a «violencia y crímenes».
Muchas ONG denunciaron el discurso como «racista y lleno de odio», y la Unión Africana lo condenó y consideró «impactantes» las declaraciones del presidente e instó a los Estados miembros a «abstenerse de cualquier discurso de odio racista».
02-03-2023