
El Consejo Nacional de la Prensa de Marruecos (CNP) fue informado de la resolución votada por el Parlamento Europeo, el 19 de enero de 2023, sobre lo que denominaba «la situación de los periodistas en Marruecos», en la que instaba a las autoridades a «poner fin al hostigamiento de todos los periodistas, sus familias y abogados”, y en este sentido repasó el caso de tres periodistas marroquíes, que fueron condenados por cargos ajenos al ejercicio del periodismo, y también señaló con el dedo a las autoridades marroquíes, con denuncias de espionaje electrónico a periodistas.
El CNP, en virtud de las atribuciones que le confiere la nueva ley, en el seguimiento del tema de la libertad de prensa, y con base en sus funciones de protección y calificación de la profesión, y con base en los datos disponibles, en virtud del ejercicio de sus competencias, y conociendo de cerca los hechos, acontecimientos y circunstancias a que se refiere la decisión del Parlamento Europeo, hace constar que dicha decisión la formuló deliberadamente, en una generalización inaceptable, al hablar de “todos los periodistas” y en su valoración del ejercicio de la libertad de prensa en nuestro país, basada en informes inexactos, emitidos por organizaciones extranjeras, muchas veces sesgadas y sistemáticamente prejuiciadas contra Marruecos, en un momento en que ignoraba absolutamente los informes y posiciones de organizaciones y organismos marroquíes, que no se puede tolerar, porque representa una subestimación deliberada de estas organizaciones y organismos nacionales, que emanan del pueblo marroquí, y nadie tiene derecho a tratarla con una arrogancia anacrónica.
El contenido de la decisión del Parlamento Europeo revela juicios prefabricados contra Marruecos. Por un lado, considera que todo lo que emite su poder judicial es corrupto e injusto, apoyándose constantemente en los informes de organizaciones extranjeras. Al mismo tiempo, condena el recurso de las autoridades marroquíes ante la justicia española, contra un periodista de este país, que afirmaba haber sido objeto de espionaje electrónico por parte de Marruecos, al considerar que se trataba simplemente de un “estrechamiento” de su libertad, lo que resulta realmente sorprendente, en la lógica de los redactores de decisiones y los votantes a su favor.
En este contexto, el Consejo Nacional de la Prensa expresa su profundo asombro por la metodología con la que la decisión trató los casos llevados ante la justicia marroquí, por lo que adoptó un punto de vista unilateral y prejuiciado, que es el que promueven organizaciones extranjeras, cuya credibilidad es cuestionada incluso por partes europeas, nunca miró, durante las fases del juicio, definitivamente, para las personas que presentaron denuncias, y nunca los escuchó ni a ellos ni a sus abogados, sino que los trató, desde el principio, como cómplices acusados, en un momento en el que debía, al igual que el Parlamento Europeo, respetar el derecho de los denunciantes a acudir a la justicia, o al menos, implementar el principio de presunción de inocencia hacia ellos, y examinar sus argumentos, antes de dictar sentencias contra ellos, señalando que los cargos de violación y agresión sexual son objeto de especial atención por parte de los organismos y países europeos, pero esto no se aplicó contra quienes presentaron denuncias en Marruecos.
Además de estas observaciones, el Consejo Nacional de Prensa se pregunta sobre la circunstancia que hizo necesaria la emisión de esta decisión por parte del Parlamento Europeo, en los casos resueltos por el poder judicial, en 2021 y principios de 2022, señalando que Marruecos vive en condiciones de normalidad, que no justifiquen ninguna injerencia política exterior, ya sea en los Espacios de libertad de prensa o de derechos humanos, donde cada parte defienda sus posiciones, critica a las autoridades, y demás instituciones y personalidades, y exigen reformas, dentro de marcos y espacios nacionales, dentro de un sistema de pluralismo y el derecho a ser diferente.
Y si el Parlamento Europeo considera que tiene derecho a ejercer esta flagrante e inaceptable injerencia, lo que genera sospechas y dudas sobre sus intenciones hacia Marruecos es que ha ignorado dramáticamente las flagrantes violaciones contra los periodistas, la libertad de prensa y la libertad de expresión, en muchos países, incluidos los de la región del Norte de África.
Por estos motivos, el Consejo Nacional de Prensa considera que la decisión del Parlamento Europeo no tiene nada que ver con los derechos humanos, sino más bien con un intento desesperado de ejercer presión diplomática sobre Marruecos, al servicio de una agenda geoestratégica, a favor de los partidos europeos, que son todavía nostálgicos de la hegemonía y del pasado prevaleciente, en un momento en que tales prácticas deben motivar a nuestro país a continuar las reformas, con una referencia nacional y la fuerza del pueblo marroquí, que ha demostrado a todos, pasado y presente, su vigilancia y capacidad para afrontar todos los retos.
20-01-2023